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30 jun 2013

Madrigal de las altas Torres

Madrigal de las altas Torres


"Madrigal de las altas Torres. Una de las ciudades más vetustas y sepulcrales de España, cuna de Isabel la Católica


Madrigal de las altas torres. Madrigal de las altas torres es un pueblo situado en la llanura castellana. El bello Madrigal de las Altas Torres vivió mejores momentos y hoy la villa, tras la protección de su muralla medieval, muestra un aspecto muy rural y un tanto decadente, rezumando melancolía y tristeza. Pero Madrigal de las Altas Torres es tierra de grandes nacimientos y muertes.


Muchos visitantes se acercan a él para conocer el lugar donde nació Isabel la Católica. Aunque tras los muros de su muralla también tuvieron refugio forzado algunas monjas aristócratas y fue la última morada de fray Luis de León. Es por ello que Galdós dice de Madrigal que es una las ciudades más vetustas y sepulcrales de España.

El origen de Madrigal de las altas Torres clava su raíces en la repoblación de finales del siglo XI, fue una aldea dependiente de Arévalo pasando posteriormente a tener fuero propio. Ya entonces comenzó a destacar como plaza bien amurallada y lugar predilecto de la realeza. Fue este el motivo del nacimiento aquí de Isabel la Católica. Otros hijos ilustres forman parte de la historia de Madrigal: el obispo de Ávila Alonso de Rivera, Vasco de Quiroga, Gaspar de Quiroga y otros miembros de la nobleza.

A finales del siglo XVI tiene lugar uno de los acontecimientos históricos más importantes de la Villa. Gabriel Espinosa, armó un gran escándalo al pretender suplantar la personalidad del fallecido rey Sebastián de Portugal, según la trama urdida por algunos nobles de la época. El plan llegó a poner en peligro el reconocimiento de Felipe II como rey portugués, si bien finalmente quedó zanjado de la forma más drástica: el pastelero Gabriel Espinosa fue ajusticiado públicamente.

El caserío de Madrigal de las Altas Torres está protegido por restos discontinuos y semirruinosos de la muralla medieval. Esta cerca mudéjar, traza un círculo casi perfecto y tiene un extraordinario valor como testimonio de defensa militar, fue construida en el siglo XIII, marcando el cambio del sistema de mampostería por tapias de cal y canto con cintas de ladrillo. En su momento llegó a tener hasta un centenar de torres cuadradas y huecas, las llamadas albarranas, unidas entre sí por muro y antemuro con foso. Las puertas de la muralla toman el nombre de las poblaciones hacia las que abren paso: la de Medina, la de Cantalapiedra, la de Peñaranda, o la de Arévalo.

Destaca también la iglesia de San Nicolás, de estilo mudéjar, cuya torre se eleva a 50 m sobre el punto más alto de la villa y conserva todavía un observatorio con pretil y adarve. En esta iglesia fue bautizada la reina Isabel y guarda varios sepulcros renacentistas.

En la parte más baja del pueblo, en un lado de la plaza del Cristo, se encuentra el monasterio de Nuestra Señora de Gracia, construido a partir del antiguo palacio de Juan II después de que Carlos V lo cediera a la comunidad de monjas agustinas que había en la villa. Tiene una apariencia sencilla, con una fachada principal con dos torreones de planta cuadrangular unidos con un corredor con celosías de piedra y unos arcos que dan vista al pradillo. Su coro corresponde a la antigua capilla real, que está organizada como un pequeño museo en el que se muestran sarcófagos de personajes de la realeza. En este monasterio podemos visitar una diminuta alcoba real, que fue la que vio nacer a Isabel la Católica el 22 de abril de 1451. Sin duda te asombrará ver que un lugar tan pequeño y austero sirva para traer al mundo a una reina tan grande e importante.



En la misma plaza del Cristo encontramos el antiguo Hospital Real de la Purísima Concepción, un hermoso edificio fundado por doña María de Aragón, la primera esposa del rey Juan II.

Madrigal de las altas torres es un pueblo que hoy, sin duda, no muestra la grandeza e importancia que en su día lo hizo grande, pero que para los amantes del arte, la arquitectura y la historia, bien merece una visita tranquila y sosegada.

®redactado por equipo editorial de arquitectura.vilssa


http://urbanruta.com/articulos/el-pueblo-de-madrigal-de-las-altas-torres

Una ruta por las tierras que vieron nacer a Isabel la católica

 Una corta ruta de un día para conocer las tierras que vieron nacer y dónde pasó su juventud la futura reina Isabel de Castilla

"Una corta ruta de un día para conocer las tierras que vieron nacer y dónde pasó su juventud la futura reina Isabel de Castilla "

Una ruta por las tierras que vieron nacer a Isabel la católica. Te proponemos una corta ruta por las tierras de Isabel la católica. Por esos lugares que la vieron nacer y crecer. Ciudades que en su día llegaron a ser testigo de grandes acontecimientos de la historia de España, y que ahora han quedado, en parte, relegadas a un triste olvido, como le sucede a Madrigal de las altas Torres, de la que Galdós dijo en su momento que es una de las ciudades más vetustas y sepulcrales de España.

Una ruta por las tierras que vieron nacer a Isabel la católica.

La ruta que te proponemos tiene una duración de un día, una jornada sin mucho estrés y que podrás aprovechar tranquilamente sin necesidad de madrugar o realizar grandes recorridos. (ver plano adjunto)

Lo cierto es que si lo deseas, quizás puedas combinar esta corta ruta con alguna otra cercana, conocer Segovia, monumentos y arquitectura de San Idelfonso, o acercarte a la ciudad de Ávila y visitar sus murallas.

Aunque no lo creas, las tierras de Castilla te ofrecen algo más que extensas llanuras quemadas por el sol. En castilla, tierra de reconquista se cocinaron pactos de estado que cambiarían el mundo, en ella nacieron y murieron personajes que se convertirían en decisivos para la historia de España y de sus colonias.

Y uno de estos apasionantes personajes es la reina Isabel la Católica. Isabel la católica nació en Madrigal de las Altas torres, en un sencillo y humilde edificio convertido posteriormente en monasterio. Si hoy visitas el pueblo de Madrigal, te asombrará ver la humildad que rezuman sus calles y monumentos, quizás actualmente poco cuidados. Te llamará la atención su muralla medieval de origen árabe y sentirás admiración por un lugar tan pequeño y tan grande a la vez.

En nuestro recorrido también visitarás Arévalo, ciudad más importante y mejor ubicada que Madrigal. Arévalo fue siempre una ciudad de intrigas. Aquí pasó su juventud la reina Isabel, entre las paredes de su castillo, hoy museo, sufrió los caprichos de una nobleza que no veía con buenos ojos que se casase con Fernando de Aragón.

Arévalo, mejor conservada que Madrigal, te trasladará a la edad media, una edad media castellana cuya arquitectura mudéjar de ladrillo y plazas porticadas ha revivido en nuestros días para orgullo de propios y extraños.

Y no olvidemos la gastronomía, porque esta tierra de Castilla es conocida por su cochinillo lechal, que aquí llaman tostón, un manjar que no te dejará indiferente.



 

La muralla de Madrigal de las altas torres

 La muralla de Madrigal de las altas torres. Una muralla de estilo mudéjar y planta circular en el pueblo que vio nacer a Isabel la Católica

"La muralla de Madrigal de las altas torres. Una muralla de estilo mudéjar y planta circular en el pueblo que vio nacer a Isabel la Católica

La muralla de Madrigal de las altas torres. Madrigal de las Altas Torres tiene un nombre muy rotundo y descriptivo, se encuentra a pocos kilómetros de Valladolid y Salamanca. Madrigal de las Altas Torres, de la que ya hemos tenido ocasión de hablar en otro artículo, tiene orígenes inciertos y no aparece hasta el siglo XIII formando comunidad de Villa y tierra. La muralla de Madrigal de las Altas Torres se inicia y se acaba en la misma época, a finales del siglo XIII.

Esta muralla destaca por su forma ovalada y el estilo mudéjar que la caracteriza. Aprovechando los materiales de la zona, tierra, ladrillo, canto de rio y madera, los mudéjares, es decir, los musulmanes que se quedaron a vivir en tierras cristiana imitaron el arte cristiano pero con materiales y técnicas propias, como la utilización de alfices que encuadran ventanas, decoraciones en yeso, arcos de herradura, etcétera. La muralla de Madrigal de las Altas Torres es un buen ejemplo de esto.

La muralla tiene cuatro puertas abiertas a los cuatro poblaciones cercanas más importantes: la puerta de Medina del Campo, al norte, la puerta de Arévalo, al este, la puerta de Peñaranda, al sur , y la puerta de Cantalapiedra, al oeste.

En toda la muralla de Madrigal se utilizó el tapial, la tierra apisonada junto con piedra de río y que forma el núcleo central de torres y murallas, las esquinas se revisten de ladrillo alternando horizontalmente en dobles hiladas de ladrillo por una caja de tapial. El color rojizo anaranjado de la tierra y de los ladrillos proporciona un aspecto peculiar a estas murallas mudéjares, aunque algunos piensan que en su inicio estuvo recubierta de cal blanca.

La puerta de Arévalo, parecía una gran fortaleza por el grosor de la muralla y su altura. Los cubos son macizos hasta la altura del adarve, donde se dispone una sala con ventanas y una escalera de subida a la azotea almenada. De hecho, esta muralla tenían en sus puertas, al menos una barbacana o primer muro defensivo tan alto casi como la propia muralla, dejando un espacio vacío entre las dos edificaciones.

Entre la puerta de Arévalo y la de Medina del Campo quedan pocos cubos, y lo cierto es que la mayor parte de la muralla se encuentra en un estado un poco descuidado.

En el plano de Coello de 1864 se aprecian 49 torres, de las que sólo nos quedan 24, se cree que puedo tener alrededor de 60 cubos sin incluir las torres que forman las puertas.

La iglesia de Santa María del Castillo, una obra mudéjar, nos recuerda la existencia de una fortaleza muy primitiva y anterior al siglo XIV, de la que nada queda a excepción de la planta de una posible torre. Está situada en un pequeño altozano desde donde se divisa toda la población.

De Madrigal de las altas Torres destacamos que fue morada del rey Juan II, aquí se esposó con la infanta portuguesa doña Isabel, con la que posteriormente tuvo una hija, la que después sería la reina Isabel la católica. Al poco tiempo, donó Arévalo y Madrigal a su esposa. Cuando Isabel la católica entra en edad adulta, el partido más números de la nobleza castellana, que no quería que se casase con Don Fernando de Aragón, retuvo aquí a la infanta para tratar de casarla con el rey de Portugal, siendo rescatada por las tropas enviadas por el Almirante de Castilla y el obispo de Soria.








 


















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