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30 abr 2022

Isabel la Católica y su papel como madre: ¿preocupada por sus hijos o por la ambición política?

 

Isabel la Católica y su papel como madre: ¿preocupada por sus hijos o por la ambición política?

Muchas veces podemos caer en el error de pensar que Isabel antepuso su ambición política a su labor como madre a tenor de la política matrimonial que estableció con sus hijos



Mujer de fuerte carácter, rubia, de ojos claros, amante apasionada de su esposo y muy celosa. Inteligente, culta, con determinación, preocupada por los derechos de sus súbditos y que logró doblegar a la nobleza. Austera en sus costumbres, aunque muy dada a concederse todo el boato que fuese necesario por su condición de reina titular de la corona de Castilla. Isabel, Isabel de Castilla, Isabel de Trastámara, Isabel la Católica, probablemente la reina más importante de la modernidad, de la transición entre el mundo medieval y el moderno, el Quinientos. Y, además de todo eso, madre.

Es curioso cómo generalmente la historiografía se centra en analizar prácticamente todos los aspectos de la vida de los reyes. Pero pocos historiadores se han parado a buscar, para contarnos después, cómo era la vida privada y, en el caso de las mujeres, cómo fueron sus maternidades. Hoy, Día de la Madre, echaremos un vistazo a la reina de las reinas, Isabel de Castilla, en su faceta como madre. Isabel, es de sobra conocido, mantuvo abundante correspondencia y dejó un extenso testamento del que los historiadores podemos disfrutar con sumo deleite. Pareciera que la reina fue consciente de que su figura pasaría a los anales de la historia, como así fue.

Isabel no estaba destinada en un principio a reinar, lo que no impidió que matrimoniara bien. De hecho, sus esponsales con Fernando de Aragón sentaron las bases de la España moderna, de la España que comenzó una unificación. Primero, con las expulsión definitiva de los moros del reino nazarí de Granada en 1492; y finalmente (ya muerta ella, no así su esposo), con la anexión de Navarra en 1512. Los historiadores, salvo honrosísimas excepciones, como decíamos antes, han investigado poco, pero afortunadamente ha habido alguna (mujer, claro) que sí lo ha hecho. Nos guiaremos por el magnífico trabajo publicado por la excelente medievalista Maribel del Val. Sus investigaciones sobre la Católica se adentran en su vida privada, en su faceta como madre.


Pero vayamos al origen y recordemos para los profanos la figura de Isabel. Nació en Madrigal de las Altas Torres el 22 de abril de 1451 y falleció a la edad de 53 años (lo normal en su época) en Medina del Campo el 26 de noviembre de 1504. A pesar de no haber sido especialmente longeva, Isabel tuvo una vida prolífica y su labor como madre, unida de manera indisoluble a la política, fue de lo más fecunda. Tanto ella como su esposo se tomaron muy en serio que sus hijos iban a servir, a través de sus alianzas matrimoniales, para el proyecto titánico que tenían en mente y que lograron. Eso sí, ya en la figura de su nieto, el emperador Carlos.

Los hijos de los Reyes Católicos

Isabel no fue especialmente fecunda aunque sí tuvo suerte en los partos. Tuvo cuatro hijos, de los cuales tres fueron mujeres. Aunque en Castilla la sucesión recaía sobre el varón independientemente de si no era el primogénito, no existía la ley Sálica (hecho que veremos cuando, a su muerte, herede la corona su hija Juana). La primera de las hijas fue Isabel de Aragón (1485-1536), después llegaría el infante Juan (1478-1497), destinado a ser el heredero, algo que no se pudo llevar a cabo porque la muerte prematura se lo llevó con 19 años, dejando una atribulada reina Isabel. La siguiente en nacer tras Juan fue Juana (futura Juana de Castilla), a continuación María y, por último, Catalina.

Isabel, la primogénita, se casó con Manuel de Portugal, por lo que terminó siendo reina consorte del país luso. Juan se casó con Margarita de Austria (era el heredero y su matrimonio era una cuestión mucho más que de Estado), pero, como dijimos, falleció de tuberculosis de manera prematura. Juana se casó con Felipe, apodado el Hermoso, quien la hizo profundamente desgraciada, María se casó con el viudo de su hermana Isabel, Manuel de Portugal, y Catalina fue esposada primero con Arturo, príncipe de Gales y por lo tanto heredero a la corona inglesa.
Al fallecer este a los pocos meses de la boda, se casó (años más tarde) con el hermano de su esposo, Enrique VIII, un hombre que la hizo, también a ella, profundamente infeliz, además de humillarla ante toda la cristiandad anulando su matrimonio católico para casarse con su amante Ana Bolena y despojando a la hija en común, la futura María Tudor, de su título de princesa.

La vida privada de los reyes

A pesar de la austeridad de la corte castellana, los infantes vivieron una infancia conforme a su rango y tuvieron todo tipo de comodidades. Sabemos detalles como que Isabel no dio el pecho a sus hijos (había nodrizas), algo, por otra parte, muy normal en las reinas.

Isabel fue, a pesar de su trabajo como reina, una madre presente, que dio muchísima importancia a la formación cultural e intelectual de sus hijos. De todos. No podemos hablar de feminismo en esa época porque no ha lugar dicho concepto en ese contexto, pero desde luego que sí podemos afirmar que le dio una grandísima importancia a que sus hijas se formaran más allá de en las labores 'propias de su sexo'.
Intelectualidad y, por supuesto, religiosidad. Según la historiadora María del Val, “los niños se crían en la corte donde el ambiente en general está impregnado de religiosidad y cultura. Conocida es la inclinación isabelina hacia el saber, su curiosidad intelectual y su gusto por los libros. Por otra parte, su afición a la música y el baile explican el elevado número de músicos que la acompañan de manera estable en la corte, así como el grupo de danza integrado por portugueses que están con ella”. Nos cuenta la historiadora también que la propia reina, de la mano de Juan de Anchieta, introduce los nuevos gustos musicales renacentistas. Esto, que al lector puede parecerle poco interesante, en realidad lo es y tiene un valor enorme.
Es como si una reina cambiara la costumbre de la música barroca por la de los Beatles en una corte de los años sesenta del XX. Isabel demostraba una amplitud de miras poco común para la época, y mucho menos para la mujer.

Biblioteca amplia

Sabemos que la reina Isabel disfrutó recopilando lo mejor de autores clásicos y contemporáneos a ella, una biblioteca que, a buen seguro, usarían sus hijos. Obras de autores latinos como Terencio y Plinio, la Ética de Aristóteles, novelas de caballería. El conde Lucanor, Boccaccio, Petrarca…. En ese ambiente crecieron sus hijos.

La política matrimonial de los Reyes Católicos

Los historiadores no debemos jamás de dejar de repetir que la historia no es una disciplina moralizante, que no podemos juzgar nada con nuestros parámetros de pensamiento actuales porque si caemos en ese error no entenderemos nada. Isabel la Católica fue una mujer adelantada a su tiempo pero a la que no le temblaba la mano si tenía que firmar una pena de muerte.

Uno puede caer en la tentación de pensar que no fue una buena madre por elegir los cónyuges de sus hijos, pero no estaría valorando de qué tiempo estamos hablando. Para empezar, plantearse un matrimonio por amor en esa época es impensable. ¿Que pudo haberlos? Sí, pero no era la norma. Lo que sí pasaba muchas veces es que, con el tiempo, los esposos terminaban por quererse, como le pasó a la propia Isabel y a sus hijas Juana de Castilla y Catalina de Aragón. Isabel no solo era madre, sino que era reina. Y de una de las cortes más relevantes e importantes de la época. Sus hijos tenían la inmensa tarea de servir como alianzas con otros países y, en función de eso, se pactaron sus matrimonios Por lo tanto, Isabel no es que no fuera buena madre, sino que seguía los dictados de una soberana de su época y buscaba lo mejor para sus hijos.


Isabel, y también Fernando, querían a sus hijos, hacían vida con ellos, eran unos padres presentes y esto se puede ver, por ejemplo, con la siguiente anécdota. En 1483 tuvieron los Reyes Católicos que viajar a Galicia dejando a sus hijos al amparo del maestre de Calatrava, García López de Padilla, quien se los lleva a Almagro. A la vuelta del viaje, los reyes pasaron a recoger a sus hijos y se los llevaron con ellos a Córdoba, sede de la corte en ese momento ya que se estaba reconquistando Granada.

Los Reyes Católicos dispusieron de manera muy eficaz las alianzas de sus hijos. Juan (heredero) y Juana fueron destinados a establecer buenas relaciones con la casa de Borgoña y la de Austria, de manera que a él se le desposó con Margarita y a ella con Felipe de Habsburgo. Ambos, nietos del emperador Maximiliano I, archiduque de Austria, rey de Romanos y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Hijo del emperador Federico III y Leonor de Avis, se casó en 1477 con la duquesa María de Borgoña, de quien enviudaría en 1482. Ella era heredera de la casa de Borgoña e hija única de Carlos el Temerario. Con estos antepasados, era lógico que la reina Isabel se fijara en esto.

A Catalina la casaron con Arturo, príncipe de Gales, aunque al morirse de forma prematura la unieron a Enrique, siguiente en la sucesión al trono. Hay que mirar, además de con las gafas de la época, con las de la estrategia política. Tener de aliado a Inglaterra era de gran valor. ¿Y qué mejor manera de lograrlo que casando a los hijos? Podemos caer en la tentación, ciertamente muy humana, de pensar que Isabel usó a sus hijos pensando en sus intereses, pero no es así. La mentalidad de esa época no contemplaba ni casarse por amor ni satisfacer los deseos de los hijos.


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HISTORIA

Isabel la Católica y su papel como madre: ¿preocupada por sus hijos o por la ambición política?Muchas veces podemos caer en el error de pensar que Isabel antepuso su ambición política a su labor como madre a tenor de la política matrimonial que estableció con sus hijos

Isabel la Católica.

Por 

Gema Lendoiro

30/04/2022 - 05:00

Mujer de fuerte carácter, rubia, de ojos claros, amante apasionada de su esposo y muy celosa. Inteligente, culta, con determinación, preocupada por los derechos de sus súbditos y que logró doblegar a la nobleza. Austera en sus costumbres, aunque muy dada a concederse todo el boato que fuese necesario por su condición de reina titular de la corona de Castilla. Isabel, Isabel de Castilla, Isabel de Trastámara, Isabel la Católica, probablemente la reina más importante de la modernidad, de la transición entre el mundo medieval y el moderno, el Quinientos. Y, además de todo eso, madre.

Es curioso cómo generalmente la historiografía se centra en analizar prácticamente todos los aspectos de la vida de los reyes. Pero pocos historiadores se han parado a buscar, para contarnos después, cómo era la vida privada y, en el caso de las mujeres, cómo fueron sus maternidades. Hoy, Día de la Madre, echaremos un vistazo a la reina de las reinas, Isabel de Castilla, en su faceta como madre. Isabel, es de sobra conocido, mantuvo abundante correspondencia y dejó un extenso testamento del que los historiadores podemos disfrutar con sumo deleite. Pareciera que la reina fue consciente de que su figura pasaría a los anales de la historia, como así fue.

 

Isabel no estaba destinada en un principio a reinar, lo que no impidió que matrimoniara bien. De hecho, sus esponsales con Fernando de Aragón sentaron las bases de la España moderna, de la España que comenzó una unificación. Primero, con las expulsión definitiva de los moros del reino nazarí de Granada en 1492; y finalmente (ya muerta ella, no así su esposo), con la anexión de Navarra en 1512. Los historiadores, salvo honrosísimas excepciones, como decíamos antes, han investigado poco, pero afortunadamente ha habido alguna (mujer, claro) que sí lo ha hecho. Nos guiaremos por el magnífico trabajo publicado por la excelente medievalista Maribel del Val. Sus investigaciones sobre la Católica se adentran en su vida privada, en su faceta como madre.

Isabel I de Castilla, por Juan de Flandes.

Pero vayamos al origen y recordemos para los profanos la figura de Isabel. Nació en Madrigal de las Altas Torres el 22 de abril de 1451 y falleció a la edad de 53 años (lo normal en su época) en Medina del Campo el 26 de noviembre de 1504. A pesar de no haber sido especialmente longeva, Isabel tuvo una vida prolífica y su labor como madre, unida de manera indisoluble a la política, fue de lo más fecunda. Tanto ella como su esposo se tomaron muy en serio que sus hijos iban a servir, a través de sus alianzas matrimoniales, para el proyecto titánico que tenían en mente y que lograron. Eso sí, ya en la figura de su nieto, el emperador Carlos.

Los hijos de los Reyes Católicos

Isabel no fue especialmente fecunda aunque sí tuvo suerte en los partos. Tuvo cuatro hijos, de los cuales tres fueron mujeres. Aunque en Castilla la sucesión recaía sobre el varón independientemente de si no era el primogénito, no existía la ley Sálica (hecho que veremos cuando, a su muerte, herede la corona su hija Juana). La primera de las hijas fue Isabel de Aragón (1485-1536), después llegaría el infante Juan (1478-1497), destinado a ser el heredero, algo que no se pudo llevar a cabo porque la muerte prematura se lo llevó con 19 años, dejando una atribulada reina Isabel. La siguiente en nacer tras Juan fue Juana (futura Juana de Castilla), a continuación María y, por último, Catalina.

 

Isabel, la primogénita, se casó con Manuel de Portugal, por lo que terminó siendo reina consorte del país luso. Juan se casó con Margarita de Austria (era el heredero y su matrimonio era una cuestión mucho más que de Estado), pero, como dijimos, falleció de tuberculosis de manera prematura. Juana se casó con Felipe, apodado el Hermoso, quien la hizo profundamente desgraciada, María se casó con el viudo de su hermana Isabel, Manuel de Portugal, y Catalina fue esposada primero con Arturo, príncipe de Gales y por lo tanto heredero a la corona inglesa. Al fallecer este a los pocos meses de la boda, se casó (años más tarde) con el hermano de su esposo, Enrique VIII, un hombre que la hizo, también a ella, profundamente infeliz, además de humillarla ante toda la cristiandad anulando su matrimonio católico para casarse con su amante Ana Bolena y despojando a la hija en común, la futura María Tudor, de su título de princesa.

La vida privada de los reyes

A pesar de la austeridad de la corte castellana, los infantes vivieron una infancia conforme a su rango y tuvieron todo tipo de comodidades. Sabemos detalles como que Isabel no dio el pecho a sus hijos (había nodrizas), algo, por otra parte, muy normal en las reinas. Isabel fue, a pesar de su trabajo como reina, una madre presente, que dio muchísima importancia a la formación cultural e intelectual de sus hijos. De todos. No podemos hablar de feminismo en esa época porque no ha lugar dicho concepto en ese contexto, pero desde luego que sí podemos afirmar que le dio una grandísima importancia a que sus hijas se formaran más allá de en las labores 'propias de su sexo'.

Intelectualidad y, por supuesto, religiosidad. Según la historiadora María del Val, “los niños se crían en la corte donde el ambiente en general está impregnado de religiosidad y cultura. Conocida es la inclinación isabelina hacia el saber, su curiosidad intelectual y su gusto por los libros. Por otra parte, su afición a la música y el baile explican el elevado número de músicos que la acompañan de manera estable en la corte, así como el grupo de danza integrado por portugueses que están con ella”. Nos cuenta la historiadora también que la propia reina, de la mano de Juan de Anchieta, introduce los nuevos gustos musicales renacentistas. Esto, que al lector puede parecerle poco interesante, en realidad lo es y tiene un valor enorme. Es como si una reina cambiara la costumbre de la música barroca por la de los Beatles en una corte de los años sesenta del XX. Isabel demostraba una amplitud de miras poco común para la época, y mucho menos para la mujer.

Biblioteca amplia

Sabemos que la reina Isabel disfrutó recopilando lo mejor de autores clásicos y contemporáneos a ella, una biblioteca que, a buen seguro, usarían sus hijos. Obras de autores latinos como Terencio y Plinio, la Ética de Aristóteles, novelas de caballería. El conde Lucanor, Boccaccio, Petrarca…. En ese ambiente crecieron sus hijos.

La política matrimonial de los Reyes Católicos

Los historiadores no debemos jamás de dejar de repetir que la historia no es una disciplina moralizante, que no podemos juzgar nada con nuestros parámetros de pensamiento actuales porque si caemos en ese error no entenderemos nada. Isabel la Católica fue una mujer adelantada a su tiempo pero a la que no le temblaba la mano si tenía que firmar una pena de muerte.

Uno puede caer en la tentación de pensar que no fue una buena madre por elegir los cónyuges de sus hijos, pero no estaría valorando de qué tiempo estamos hablando. Para empezar, plantearse un matrimonio por amor en esa época es impensable. ¿Que pudo haberlos? Sí, pero no era la norma. Lo que sí pasaba muchas veces es que, con el tiempo, los esposos terminaban por quererse, como le pasó a la propia Isabel y a sus hijas Juana de Castilla y Catalina de Aragón. Isabel no solo era madre, sino que era reina. Y de una de las cortes más relevantes e importantes de la época. Sus hijos tenían la inmensa tarea de servir como alianzas con otros países y, en función de eso, se pactaron sus matrimonios Por lo tanto, Isabel no es que no fuera buena madre, sino que seguía los dictados de una soberana de su época y buscaba lo mejor para sus hijos.

Juana I de Castilla.

Isabel, y también Fernando, querían a sus hijos, hacían vida con ellos, eran unos padres presentes y esto se puede ver, por ejemplo, con la siguiente anécdota. En 1483 tuvieron los Reyes Católicos que viajar a Galicia dejando a sus hijos al amparo del maestre de Calatrava, García López de Padilla, quien se los lleva a Almagro. A la vuelta del viaje, los reyes pasaron a recoger a sus hijos y se los llevaron con ellos a Córdoba, sede de la corte en ese momento ya que se estaba reconquistando Granada.

 

Los Reyes Católicos dispusieron de manera muy eficaz las alianzas de sus hijos. Juan (heredero) y Juana fueron destinados a establecer buenas relaciones con la casa de Borgoña y la de Austria, de manera que a él se le desposó con Margarita y a ella con Felipe de Habsburgo. Ambos, nietos del emperador Maximiliano I, archiduque de Austria, rey de Romanos y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Hijo del emperador Federico III y Leonor de Avis, se casó en 1477 con la duquesa María de Borgoña, de quien enviudaría en 1482. Ella era heredera de la casa de Borgoña e hija única de Carlos el Temerario. Con estos antepasados, era lógico que la reina Isabel se fijara en esto.

A Catalina la casaron con Arturo, príncipe de Gales, aunque al morirse de forma prematura la unieron a Enrique, siguiente en la sucesión al trono. Hay que mirar, además de con las gafas de la época, con las de la estrategia política. Tener de aliado a Inglaterra era de gran valor. ¿Y qué mejor manera de lograrlo que casando a los hijos? Podemos caer en la tentación, ciertamente muy humana, de pensar que Isabel usó a sus hijos pensando en sus intereses, pero no es así. La mentalidad de esa época no contemplaba ni casarse por amor ni satisfacer los deseos de los hijos. Pero es que, además, Isabel tenía una certeza sobre sí misma y era que su mandato era divino y que su legado debía continuar por lo que su obligación era casar a sus hijos y de esta manera conservar y ampliar su legado. Sin olvidar, por supuesto, la importancia de defensora de la fe cristiana que en esa época tenían de sí mismos.

 

Por lo tanto, sí podemos decir que fue una buena madre, preocupada por su educación, que quiso siempre lo mejor para ellos y cuyo espíritu de sacrificio fue más que evidente.

 

Gema Lendoiro es periodista y doctoranda en Historia Moderna por la Universidad de Navarra.


https://www.vanitatis.elconfidencial.com/casas-reales/2022-04-30/isabel-la-catolica-madre-ambicion-politica_3416675/




29 abr 2022

Don Vasco de Quiroga y su portentosa gesta en la Nueva España

RAÚL ESPINOZA AGUILERA

Don Vasco de Quiroga y su portentosa gesta en la Nueva España

En tierras americanas Vasco de Quiroga desarrolló un intenso y eficaz trabajo

El célebre Vasco de Quiroga nació en Madrigal de las Altas Torres (Ávila) hacia el año de 1470. Estudió Jurisprudencia en la Universidad de Salamanca. En esta ciudad recibió materias con un profundo humanismo cristiano, que influyeron considerablemente en su concepción de la realidad.

Cuando Vasco tenía 35 años en 1523, recibió de Carlos I de España el nombramiento de Juez de Residencia en Óran, al Norte de África, en tierras conquistadas por el Rey. Se destacó por su prudencia y admirable su sentido de la justicia. Fue notable su campaña contra los actos de corrupción. Logró con celeridad un Tratado de Paz con el rey de Tremecén. En su texto introdujo conceptos como “el respeto a la libertad religiosa y de comercio, que eran inéditos hasta ese entonces”, según explica el especialista en Don Vasco, el doctor presbítero Pablo Arce Gargollo.

Posteriormente fue juez en Valladolid, Granada y Murcia y fue adquiriendo prestigio profesional. Mientras tanto, llegaban a España alarmantes noticias sobre los abusos de los conquistadores y el mal trato que daban a los indios. Situación que preocupaba al Rey y a los intelectuales.

Debido a ello, se envió al juez Vasco de Quiroga -entre otras personalidadespara dar solución a esos problemas, siendo integrante del cuerpo colegial que se conoció como la Segunda Audiencia y Primera Autoridad en el Gobierno de la Nueva España.

En tierras americanas Vasco de Quiroga desarrolló un intenso y eficaz trabajo. Por su carácter afable fue bien recibido por los indios purépechas y acudían a él para que les solucionara muchos de sus asuntos legales. Defendió los derechos de los indígenas y enfrentó judicialmente algunos de los abusos de los españoles. Combatió la esclavitud y otras graves irregularidades de algunos españoles, como las cometidas por Nuño de Guzmán. Muchos de ellos fueron a parar a la cárcel.

Por otra parte, le impresionó la pobreza extrema de muchos de los indígenas y escribió -a título personal- a la Corona Española para que se pusiera orden y remedio mediante prudentes gobernantes.

Don Vasco tenía un buen concepto de los indígenas como personas humildes, obedientes, desprendidos de los bienes de este mundo; además, tenían gran interés por aprender lo que se les iba enseñando.

Luego de conocer a fondo a los indígenas con las muchas horas de entrevistas y actuaciones judiciales que tenía con ellos, sintió el llamado de ser obispo y así lo nombró el Rey Carlos I en 1539. Fue el primer obispo de Michoacán y lo ordenó Fray Juan de Zumárraga.

Es interesante observar que siempre mantuvo su condición secular, es decir, su mentalidad laical después de laborar tantos años como juez.

Los indígenas lo trataban con el afectuoso nombre de “Tata Vasco”: En lengua tarasca significa “tan querido y venerado como un padre”, por el gran aprecio que manifestaba hacia los ellos. “Tata Vasco” se preocupó de su salud, de su alimentación, de proporcionarles vestido y muchas otras cosas que los purépechas necesitaban.

Primero trabajó en el pueblo de Santa Fe, que aún subsiste, y donde puso un hospital. El libro “La Utopía”, de Tomás Moro, tuvo gran influencia en él, aunque la adaptó -como es lógicoa la realidad mexicana.

Posteriormente fue a realizar su actividad pastoral a Pátzcuaro, Michoacán. Les enseñaba el catecismo y también les animaba a que aprendieran a leer y escribir. Como le funcionó bien su concepción de pueblo-hospital en Santa Fe, lo replicó en Pátzcuaro y en otros pueblos purépechas.

Don Vasco de Quiroga soñaba con una sociedad nueva, con un modo de vida semejante al que realizaban los primeros cristianos en los inicios de cristianismo. Cada persona -individualmente considerada- era muy importante para él y cuidó de la integración familiar. Sorprende su capacidad visionaria para mirar hacia el futuro. Tenía una gran paciencia en enseñar oficios y menesteres como tejedores, alfareros, carpinteros, artistas del metal y de la pintura, lo mismo que nociones de la agricultura, para que pudieran ganarse su sustento y comercializar sus mercancías o los productos de sus cosechas con otros pueblos de la zona.

Muchas de sus edificaciones persisten, como el Santuario de Nuestra Señora de la Salud, a pocos pasos de la laguna de Pátzcuaro. Cuenta la leyenda que “Tata Vasco” solicitó a algunos artistas purépechas que hicieran una imagen de la Virgen María, con los materiales propios de esas tierras, para colocarla en el altar de este santuario.

“A través de los pueblos-hospitales procuró el bien integral de la persona y de la comunidad -comenta el especialista doctor presbítero Pablo Arce-, lo mismo que de su salvación”. Es decir, no cayó en el “activismo” como si fueran meras labores sociales y asistenciales, sino que el motivo principal era procurar evangelizarlos de la mejor manera y lograr que fueran personas piadosas y que vivieran la caridad y las obras de misericordia predicadas por Jesucristo.

Todavía se recuerda con cariño por esas tierras michoacanas a “Tata Vasco” y los purépechas no olvidan todo el bien que les hizo, tanto en lo espiritual como en lo material. Este inolvidable benefactor falleció en 1565 en Pátzcuaro y sus restos reposan en el santuario que él mismo ordenó construir, en la Basílica de Nuestra Señora de la Salud.

https://www.elimparcial.com/columnas/Don-Vasco-de-Quiroga-y-su-portentosa-gesta-en-la-Nueva-Espana-20220428-0027.html

28 abr 2022

González Byass, el ángel de la guarda del viñedo viejo en peligro de extinción

González Byass, el ángel de la guarda del viñedo viejo en peligro de extinción

  • González Byass presenta en el Salón Gourmets 'Ángel de Viñas', iniciativa encaminada a rescatar, cuidar y preservar el patrimonio vitícola natural e histórico 
  • La firma bodeguera jerezana da a conocer esta acción a través de una cata de vinos de los primeros viñedos rescatados en Rueda y Alto Penedés.
  • La  35ª edición del Salón Gourmets ha sido escenario de la presentación de 'Ángel de Viñas', iniciativa creada por González Byass y su Fundación en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid para rescatar, preservar, cuidar y mantener viñedos al borde la extinción.
Los  asistentes a la gran cita de la gastronomía y el vino que se celebra hasta este martes en Madrid han conocido la esencia de esta acción encaminada a garantizar la conservación del patrimonio natural e histórico, estrechamente vinculado a su origen, a través de una cata de algunos vinos procedentes de los primeros viñedos rescatados en Madrigal de las Altas Torres (D.O. Rueda) y Espiells (Alto Penedés).

La  cata ha estado guiada por Vicky González-Gordon, responsable de sostenibilidad de González Byass; Marian Santamaría, gerente y enóloga de Beronia Rueda; José María Ayuso, gerente de viñedos y proyectos de González Byass, y Sergi Martí, integrante del equipo enológico de Vilarnau.

'Ángel de Viñas'

Enmarcado en el plan sostenible de González Byass '5+5 Cuidando el Planeta', 'Ángel de Viñas' trabaja para recuperar y conservar los viñedos viejos de España construyendo un ecosistema global y cooperativo que agrupe a técnicos, divulgadores, historiadores y universidades. Creado junto a su Fundación y en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid, esta iniciativa abre una ventana hacia el pasado que permite caminar en la dirección que fija el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 15 'Vida de ecosistemas terrestres'.

Para lograr su objetivo, 'Ángel de Viñas' integrará, anualmente, tres viñedos singulares. González Byass se compromete a preservar su existencia, mantener su explotación y apoyar su divulgación a través de esta iniciativa. En esta apuesta de largo recorrido, los viñedos seleccionados contarán, durante un mínimo de tres años, con una protección económica que garantice la continuidad del plan, que podrá consistir en la compra de la uva, el vino o el apoyo en las labores necesarias para su conservación.

'Ángel de Viñas' es una nueva muestra del compromiso de esta Familia de Vino de origen jerezano por el cuidado y la protección del suelo y los viñedos, una filosofía que guía su día a día en los lugares donde se encuentra y que ahora amplía al resto de la geografía vitivinícola española.

https://www.diariodejerez.es/jerez/vinos-jerez/bodegas-gonzalez-byass-angel-guarda-vinedo-peligro-extincion_0_1678632489.html

25 abr 2022

Lunes de aguas en Madrigal










 

España se tiñe de amarillo con el auge de la colza, en máximos históricos: "Podemos producir más que nadie"

"Tanto el girasol como la colza están en precios que no son normales, por la guerra, pero lo cierto es que en el caso de la colza hay una subida progresiva de la producción en los últimos ocho años porque ayuda a mejorar las condiciones del suelo", señala David Erice, técnico de cultivos herbáceos e industriales de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). 

Para Erice, el aumento a la producción de colza en nuestro país se debe

principalmente a que permite ampliar la rotación de los cultivos, lo que mejora la calidad de los terrenos y a un precio que ha ido subiendo progresivamente, fruto sobre todo de malas cosechas en otros países, sobre todo en Francia, lo que ha hecho pinchar su producción. 

Vista de una planta de colza en una zona de cultivo de Madrigal.

Vista de una planta de colza en una zona de cultivo de Madrigal. ALBA VIGARAY

Según datos de la UPA, de 2020 a 2022 se ha pasado de 71.473 hectáreas plantadas a 99.387, lo que supone un crecimiento del

28%. La mayor productora es Castilla y León, con 47.870 hectáreas, seguida de Cataluña, con 17.239, y Castilla La Mancha (12.289).

"La llave está en el clima de España, tenemos capacidad para producir más colza que nadie. En Francia, por ejemplo, tienen muchas heladas", señala Ventura Rodríguez, agricultor de Madrigal, que planta principalmente cereal pero que este año ha pasado de 40 hectáreas dedicadas a la colza a 55. 

Semilla más resistente

Ventura tiene sólo 29 años, pero lleva entregado a las labores de la tierra desde los 14 años, con su padre. Licenciado en

Ciencias de la Salud, habla rápido, demostrando que es una enciclopedia del campo, y sobre todo del terreno de Madrigal, una zona principalmente de secano -de regadío en perforación es solo un 10% de la tierra-. "Mira", dice señalando uno de los cultivos, "cuanto más junta está la planta más se estira". 

Según Ventura, la semilla de colza de la actualidad no tiene nada que ver con la de hace diez años. Ahora es híbrida, de cruce de macho y hembra, y es "más resistente a las sequías y a las enfermedades", si bien es un cultivo que tiene cierto problemas de nesciencia en secano y asume un "sobrecoste" en los fitosanitarios (herbicidas, insecticidas...). Además, suele tener unos ataques del pulgón bastante fuertes. 

"La gente se dedica a la colza porque es buena para jugar con la rotación de los terrenos, pero es cierto que es un cultivo rentable y atractivo", confirma Ventura, que dice que es muy buena plantación para interponer entre un barbecho y una cosecha de cereal, por ejemplo.

 Y es que la PAC (Política Agraria Común) exige diversidad de plantaciones para

favorecer la biodiversidad: tienes que tener cada año al menos tres cultivos distintos en tu explotación y se debe rotar el 40%.  

Una plantación de colza con el perfil de la localidad de Madrigal al fondo.

Una plantación de colza con el perfil de la localidad de Madrigal al fondo. ALBA VIGARAY

En España, los productores de esta planta oleaginosa venden a dos empresas: a Acor, en Olmedo (Valladolid), que produce biodiésel con la colza, y a la comercializadora Glencore, que importa el 100% a Francia. 

En el caso de la colza y el girasol, que estaba a la baja hasta la guerra en Ucrania -el año pasado se plantaron sólo 600.000 hectáreas-, tiene un pago acoplado (subvención) de 58 euros por hectárea. 

"Con eso no cubres ni el 30% del coste de producción", aprecia Ventura, que explica que una hectárea, dependiendo del año y de las condiciones atmosféricas, puede producir entre 1,5 y 3 toneladas de colza. 

Su coste de producción por hectárea ha aumentado notablemente -como en todos los cultivos- por la subida del precio del gasóleo y los fertilizantes, y se sitúa entre 800 y 850 euros, por lo que se le podría sacar de beneficio, en el mejor de los casos, 1.600 euros a cada hectárea. "Si sigue el precio como hasta ahora la producción seguirá en aumento", detalla el agricultor. 

"La colza tiene complicaciones de manejo pero se va implantando poco a poco como una alternativa a la bajada del girasol, cuyos cultivos habían retrocedido hasta este año un 30%", aprecia el técnico de herbáceos de UPA, que destaca que en el momento de plantarse, a finales de septiembre, la colza puede sufrir problemas porque es "bastante delicada, una helada o la falta de agua les puede hacer daño", aunque luego "tiene más posibilidades de ir a éxito". Un éxito que puede situar a España como potencia en la producción de la colza.


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