Roberto Bécares
El célebre Vasco de Quiroga nació en Madrigal de las Altas Torres (Ávila) hacia el año de 1470. Estudió Jurisprudencia en la Universidad de Salamanca. En esta ciudad recibió materias con un profundo humanismo cristiano, que influyeron considerablemente en su concepción de la realidad.
Cuando Vasco tenía 35 años en 1523, recibió de Carlos I de España el nombramiento de Juez de Residencia en Óran, al Norte de África, en tierras conquistadas por el Rey. Se destacó por su prudencia y admirable su sentido de la justicia. Fue notable su campaña contra los actos de corrupción. Logró con celeridad un Tratado de Paz con el rey de Tremecén. En su texto introdujo conceptos como “el respeto a la libertad religiosa y de comercio, que eran inéditos hasta ese entonces”, según explica el especialista en Don Vasco, el doctor presbítero Pablo Arce Gargollo.
Posteriormente fue juez en Valladolid, Granada y Murcia y fue adquiriendo prestigio profesional. Mientras tanto, llegaban a España alarmantes noticias sobre los abusos de los conquistadores y el mal trato que daban a los indios. Situación que preocupaba al Rey y a los intelectuales.
Debido a ello, se envió al juez Vasco de Quiroga -entre otras personalidadespara dar solución a esos problemas, siendo integrante del cuerpo colegial que se conoció como la Segunda Audiencia y Primera Autoridad en el Gobierno de la Nueva España.
En tierras americanas Vasco de Quiroga desarrolló un intenso y eficaz trabajo. Por su carácter afable fue bien recibido por los indios purépechas y acudían a él para que les solucionara muchos de sus asuntos legales. Defendió los derechos de los indígenas y enfrentó judicialmente algunos de los abusos de los españoles. Combatió la esclavitud y otras graves irregularidades de algunos españoles, como las cometidas por Nuño de Guzmán. Muchos de ellos fueron a parar a la cárcel.
Por otra parte, le impresionó la pobreza extrema de muchos de los indígenas y escribió -a título personal- a la Corona Española para que se pusiera orden y remedio mediante prudentes gobernantes.
Don Vasco tenía un buen concepto de los indígenas como personas humildes, obedientes, desprendidos de los bienes de este mundo; además, tenían gran interés por aprender lo que se les iba enseñando.
Luego de conocer a fondo a los indígenas con las muchas horas de entrevistas y actuaciones judiciales que tenía con ellos, sintió el llamado de ser obispo y así lo nombró el Rey Carlos I en 1539. Fue el primer obispo de Michoacán y lo ordenó Fray Juan de Zumárraga.
Es interesante observar que siempre mantuvo su condición secular, es decir, su mentalidad laical después de laborar tantos años como juez.
Los indígenas lo trataban con el afectuoso nombre de “Tata Vasco”: En lengua tarasca significa “tan querido y venerado como un padre”, por el gran aprecio que manifestaba hacia los ellos. “Tata Vasco” se preocupó de su salud, de su alimentación, de proporcionarles vestido y muchas otras cosas que los purépechas necesitaban.
Primero trabajó en el pueblo de Santa Fe, que aún subsiste, y donde puso un hospital. El libro “La Utopía”, de Tomás Moro, tuvo gran influencia en él, aunque la adaptó -como es lógicoa la realidad mexicana.
Posteriormente fue a realizar su actividad pastoral a Pátzcuaro, Michoacán. Les enseñaba el catecismo y también les animaba a que aprendieran a leer y escribir. Como le funcionó bien su concepción de pueblo-hospital en Santa Fe, lo replicó en Pátzcuaro y en otros pueblos purépechas.
Don Vasco de Quiroga soñaba con una sociedad nueva, con un modo de vida semejante al que realizaban los primeros cristianos en los inicios de cristianismo. Cada persona -individualmente considerada- era muy importante para él y cuidó de la integración familiar. Sorprende su capacidad visionaria para mirar hacia el futuro. Tenía una gran paciencia en enseñar oficios y menesteres como tejedores, alfareros, carpinteros, artistas del metal y de la pintura, lo mismo que nociones de la agricultura, para que pudieran ganarse su sustento y comercializar sus mercancías o los productos de sus cosechas con otros pueblos de la zona.
Muchas de sus edificaciones persisten, como el Santuario de Nuestra Señora de la Salud, a pocos pasos de la laguna de Pátzcuaro. Cuenta la leyenda que “Tata Vasco” solicitó a algunos artistas purépechas que hicieran una imagen de la Virgen María, con los materiales propios de esas tierras, para colocarla en el altar de este santuario.
“A través de los pueblos-hospitales procuró el bien integral de la persona y de la comunidad -comenta el especialista doctor presbítero Pablo Arce-, lo mismo que de su salvación”. Es decir, no cayó en el “activismo” como si fueran meras labores sociales y asistenciales, sino que el motivo principal era procurar evangelizarlos de la mejor manera y lograr que fueran personas piadosas y que vivieran la caridad y las obras de misericordia predicadas por Jesucristo.
Todavía se recuerda con cariño por esas tierras michoacanas a “Tata Vasco” y los purépechas no olvidan todo el bien que les hizo, tanto en lo espiritual como en lo material. Este inolvidable benefactor falleció en 1565 en Pátzcuaro y sus restos reposan en el santuario que él mismo ordenó construir, en la Basílica de Nuestra Señora de la Salud.
https://www.elimparcial.com/columnas/Don-Vasco-de-Quiroga-y-su-portentosa-gesta-en-la-Nueva-Espana-20220428-0027.html
'Ángel de Viñas'
Enmarcado en el plan sostenible de González Byass '5+5 Cuidando el Planeta', 'Ángel de Viñas' trabaja para recuperar y conservar los viñedos viejos de España construyendo un ecosistema global y cooperativo que agrupe a técnicos, divulgadores, historiadores y universidades. Creado junto a su Fundación y en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid, esta iniciativa abre una ventana hacia el pasado que permite caminar en la dirección que fija el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 15 'Vida de ecosistemas terrestres'.
Para lograr su objetivo, 'Ángel de Viñas' integrará, anualmente, tres viñedos singulares. González Byass se compromete a preservar su existencia, mantener su explotación y apoyar su divulgación a través de esta iniciativa. En esta apuesta de largo recorrido, los viñedos seleccionados contarán, durante un mínimo de tres años, con una protección económica que garantice la continuidad del plan, que podrá consistir en la compra de la uva, el vino o el apoyo en las labores necesarias para su conservación.
'Ángel de Viñas' es una nueva muestra del compromiso de esta Familia de Vino de origen jerezano por el cuidado y la protección del suelo y los viñedos, una filosofía que guía su día a día en los lugares donde se encuentra y que ahora amplía al resto de la geografía vitivinícola española.
https://www.diariodejerez.es/jerez/vinos-jerez/bodegas-gonzalez-byass-angel-guarda-vinedo-peligro-extincion_0_1678632489.html
Para llegar a Madrigal de las Altas Torres (Ávila) desde Arévalo, uno tiene que cruzar por la por la CL-605 campos enteros de cultivo, trufados por parcelas con placas solares. El verde propio del cereal predomina en esta época del año, pero cada poco descollan aquí y allá parcelas enormes de un amarillo casi fluorescente que al perfilarse a lo lejos con el cielo parecen formar la bandera de Ucrania.
"Ya no es un cultivo aislado, mires donde mires, ves amarillo", cuenta subido a su tractor Manuel, agricultor de esta localidad conocida sobre todo porque vio nacer a Isabel la Católica hace casi seis siglos y que es eminentemente agrícola: acumula la friolera de 11.900 hectáreas de cultivo, donde la colza cada vez gana más peso.
Es así en verdad en toda Castilla y León, paradigma del auge de esta planta oleaginosa de cuya semilla se extrae aceite y que está maldita en nuestro país después de la fatídica intoxicación de la colza de hace 41 años.
Entonces una partida de aceite de colza desnaturalizado, adulterado, provocó la mayor crisis sanitaria de nuestro país, con más de 20.600 afectados y más de 5.000 fallecidos por un síndrome tóxico que solo ocurrió en España.
"La colza sigue teniendo ese estigma en nuestro país, de hecho aquí se exporta la mayoría, aunque lo comemos oculto en lo que en las etiquetas llaman los aceites vegetales", advierte Manuel, que este año ha plantado "más o menos las mismas hectáreas" que el año pasado.
En otros países, como Francia, Alemania, Países Bajos o Reino Unido, sin embargo, el uso del aceite de colza es mayoritario para cocinar.
A la entrada al pueblo, rodeado por centenarias murallas desdentadas por el paso del tiempo, varias plantaciones de colza despuntan sobre las demás, al estar en plena floración, que dura alrededor de dos meses.
"Tanto el girasol como la colza están en precios que no son normales, por la guerra, pero lo cierto es que en el caso de la colza hay una subida progresiva de la producción en los últimos ocho años porque ayuda a mejorar las condiciones del suelo", señala David Erice, técnico de cultivos herbáceos e industriales de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).
Para Erice, el aumento a la producción de colza en nuestro país se debe
principalmente a que permite ampliar la rotación de los cultivos, lo que mejora la calidad de los terrenos y a un precio que ha ido subiendo progresivamente, fruto sobre todo de malas cosechas en otros países, sobre todo en Francia, lo que ha hecho pinchar su producción.
Vista de una planta de colza en una zona de cultivo de Madrigal. ALBA VIGARAY
Según datos de la UPA, de 2020 a 2022 se ha pasado de 71.473 hectáreas plantadas a 99.387, lo que supone un crecimiento del
28%. La mayor productora es Castilla y León, con 47.870 hectáreas, seguida de Cataluña, con 17.239, y Castilla La Mancha (12.289).
"La llave está en el clima de España, tenemos capacidad para producir más colza que nadie. En Francia, por ejemplo, tienen muchas heladas", señala Ventura Rodríguez, agricultor de Madrigal, que planta principalmente cereal pero que este año ha pasado de 40 hectáreas dedicadas a la colza a 55.
Ventura tiene sólo 29 años, pero lleva entregado a las labores de la tierra desde los 14 años, con su padre. Licenciado en
Ciencias de la Salud, habla rápido, demostrando que es una enciclopedia del campo, y sobre todo del terreno de Madrigal, una zona principalmente de secano -de regadío en perforación es solo un 10% de la tierra-. "Mira", dice señalando uno de los cultivos, "cuanto más junta está la planta más se estira".
Según Ventura, la semilla de colza de la actualidad no tiene nada que ver con la de hace diez años. Ahora es híbrida, de cruce de macho y hembra, y es "más resistente a las sequías y a las enfermedades", si bien es un cultivo que tiene cierto problemas de nesciencia en secano y asume un "sobrecoste" en los fitosanitarios (herbicidas, insecticidas...). Además, suele tener unos ataques del pulgón bastante fuertes.
"La gente se dedica a la colza porque es buena para jugar con la rotación de los terrenos, pero es cierto que es un cultivo rentable y atractivo", confirma Ventura, que dice que es muy buena plantación para interponer entre un barbecho y una cosecha de cereal, por ejemplo.
Y es que la PAC (Política Agraria Común) exige diversidad de plantaciones para
favorecer la biodiversidad: tienes que tener cada año al menos tres cultivos distintos en tu explotación y se debe rotar el 40%.
Una plantación de colza con el perfil de la localidad de Madrigal al fondo. ALBA VIGARAY
En España, los productores de esta planta oleaginosa venden a dos empresas: a Acor, en Olmedo (Valladolid), que produce biodiésel con la colza, y a la comercializadora Glencore, que importa el 100% a Francia.
En el caso de la colza y el girasol, que estaba a la baja hasta la guerra en Ucrania -el año pasado se plantaron sólo 600.000 hectáreas-, tiene un pago acoplado (subvención) de 58 euros por hectárea.
"Con eso no cubres ni el 30% del coste de producción", aprecia Ventura, que explica que una hectárea, dependiendo del año y de las condiciones atmosféricas, puede producir entre 1,5 y 3 toneladas de colza.
Su coste de producción por hectárea ha aumentado notablemente -como en todos los cultivos- por la subida del precio del gasóleo y los fertilizantes, y se sitúa entre 800 y 850 euros, por lo que se le podría sacar de beneficio, en el mejor de los casos, 1.600 euros a cada hectárea. "Si sigue el precio como hasta ahora la producción seguirá en aumento", detalla el agricultor.
"La colza tiene complicaciones de manejo pero se va implantando poco a poco como una alternativa a la bajada del girasol, cuyos cultivos habían retrocedido hasta este año un 30%", aprecia el técnico de herbáceos de UPA, que destaca que en el momento de plantarse, a finales de septiembre, la colza puede sufrir problemas porque es "bastante delicada, una helada o la falta de agua les puede hacer daño", aunque luego "tiene más posibilidades de ir a éxito". Un éxito que puede situar a España como potencia en la producción de la colza.
https://www.laopinioncoruna.es/economia/2022/04/24/espana-tine-amarillo-auge-colza-65332073.html