Ocho localidades de las rutas del vino de
Castilla y León con mucho que ver
El patrimonio cultural, artístico y natural de los lugares donde se elabora (apasionadamente) vino es uno de los atractivos más potentes del enoturismo. Las Rutas del Vino de la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN) son propuestas para disfrutar del buen vino más allá de la copa.
En estas rutas podemos encontrar desde las más famosa de las catedrales a la más desconocida ermita, y desde el castillo más imponente al más delicado resto arqueológico. En la actualidad hay 32 rutas asociadas a estas "ciudades del vino". Nos hemos fijado esta vez en las de Castilla y León. De ellas hemos seleccionado ocho localidades de sus rutas del vino con mucho que ver.
Peñafiel (Valladolid)
La silueta de su castillo, alargada siguiendo la cresta de roca sobre la que se asienta, es inconfundible. También el color blanquecino de la piedra con que está construido. Es tan singular que ha acabado por ser uno de los símbolos (no oficiales) de la Ruta del Vino de Ribera del Duero. Solo para conocer su historia como fortaleza merece una visita pero además es que en él está ubicado el Museo Provincial del Vino, por lo que esa visita se vuelve casi, casi, indispensable.
Baltanás (Palencia)
La imagen (arriba, con el titular de la noticia) recuerda a Hobbiton y La Comarca, el hogar de los hobbits de las novelas de J.R.R. Tolkien. Pero este paisaje de la Ruta del Vino de Arlanza es real y bien real: se trata del barrio de bodegas de Baltanás. El cerro del Castillo de este pueblo palentino está completamente excavado y lleno de bodegas subterráneas (374 ni más ni menos) que se construyeron, en su mayor parte, durante el siglo XVI.
Toro (Zamora)
En la Ruta del Vino de Toro encontramos una de las portadas de la arquitectura gótica española más afamadas. Se trata de la portada de la Majestad de la Colegiata de Santa María, en Toro. Fue labrada y policromada en el último cuarto del siglo XIII y ahí sigue, casi como el primer día, con sus colores y todo, algo del todo inusual. La representación de instrumentos musicales junto a los personajes tallados en las arquivoltas ha servido igualmente para identificar, reparar o elaborar esos mismos instrumentos en la época actual.
San Felices de los Gallegos (Salamanca)
Para muchos castellanoleoneses este pueblo de la Ruta del Vino Arribes es uno de los más bonitos de toda la comunidad. Desde luego tiene todos los elementos para merecerlo: castillo, muralla, fuente, torres, puentes, molinos y un conjunto arquitectónico tradicional perfectamente conservado y armonioso. Sin duda, de esos lugares que hay que recorrer despacio, prestando atención a todos los detalles.
Madrigal de las Altas Torres (Ávila)
El impresionante conjunto patrimonial de Madrigal de las Altas Torres, en Ávila, en la Ruta del Vino de Rueda, está de estreno, pues a finales del año 2020 le concedieron el título de Bien de Interés Cultural. Palacios, conventos, iglesias, murallas… En lo que se refiere a patrimonio arquitectónico, al lugar donde nació Isabel La Católica no le falta de nada.
Trigueros del Valle (Valladolid)
En el territorio de la Ruta del Vino de Cigales encontramos numerosos ejemplos de casas-cueva. Su origen estaría en los eremitorios medievales y fueron el recurso al que echaron mano las familias más humildes para contar con una vivienda. Las de Trigueros del Valle se acaban de inaugurar tras su restauración. Dos de ellas se han habilitado, además, como centro de referencia para dar a conocer cómo era la vida en estas viviendas excavadas en cerros de roca caliza.
Ponferrada (León)
El castillo de Ponferrada, en la Ruta del Vino Bierzo, se conoce como el Castillo de los Templarios por su relación con esta orden medieval. A ellos se les entregó esta plaza en 1178 con el encargo de proteger el Camino de Santiago y sus peregrinos, servir a los intereses de los reyes y evitar los enfrentamientos entre los nobles gallegos y leoneses que querían hacerse con la hegemonía de la comarca. Esa etapa supuso el despegue de esta fortaleza, pero en una visita descubriremos que tiene muchísima más historia.
San Esteban de la Sierra (Salamanca)
Un lagar rupestre no es sino una gran piedra tallada por el hombre en forma de piletas pensadas para el primer proceso de la elaboración del vino. La gran tradición vitivinícola de San Esteban de la Sierra, en la Ruta del Vino de Sierra de Francia, queda patente en la gran cantidad de esos lagares rupestres localizados en la montaña: hay más de 120. Una ruta circular de unos 13 kilómetros permite adentrarse en la sierra y visitarlos.
Ocho localidades de las rutas del vino de Castilla y León con mucho que ver (20minutos.es)
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