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24 jul 2016

Estupideces históricas con reiteración

Estupideces históricas con reiteración   

 
Los errores históricos en España, sobre todo desde la orden de Isabel “La Católica” de la expulsión de los judíos en 1.492, son reiterados. La de Madrigal de las Altas Torres no tenía tan altas miras sociales, siguió la tradición de algunos de sus antepasados en decisiones absurdas en Castilla y puso la simiente para que en España los errores históricos hayan sido una constante. Lo más triste es que cometemos errores históricos en el nombre de la justicia sin, a veces, tener ni idea de lo que significa la palabra
La nefasta creación de la Santa Inquisición, catorce años antes de la expulsión de los judíos, tuvo mucho que ver en el desarrollo de nuestra historia cultural posterior. Curiosamente las primeras “matanzas” de judíos en España no vinieron de manos españolas, fueron los franceses, con la llegada a Navarra de “la Cruzada de los pastorcillos” en  1.321, los primeros que cometieron “pequeños genocidios” amparados en los dictámenes  del Papa Inocencio III   plasmados en el IV Concilio de Letrán.
 
En 1.492 se había finalizado la “limpieza” de musulmanes de la península ibérica  y con ellos se había terminado la pacífica convivencia durante siglos de judíos, musulmanes y cristianos en ciudades que fueron templos del saber cómo Córdoba, Granada o Toledo, esta última llamada “Ciudad de las tres culturas”. Casi todo lo ocurrido estuvo basado en la creencia de la Santa Inquisición de que Dios y ciencia no son compatibles, otra de las más grandes estupideces de la historia.
 
Toledo fue durante toda su extensa historia la “Ciudad de la Tolerancia”, “La Ciudad de las Tres Culturas”.  Castellón ha sido una de las trece ciudades elegidas por la Fundación Pluralismo y Convivencia Ciudadana, dependiente del Ministerio de Justicia, para impulsar un programa piloto sobre diversidad religiosa.
 
El objetivo de este programa es orientar a las administraciones públicas en la implementación de modelos de gestión ajustados a los principios constitucionales y al marco normativo que regula el ejercicio de la libertad religiosa en España.
 
Por favor, no me hagan reír. El objetivo será, una vez más, que los cristianos nos “bajemos los pantalones” para hacer sitio a las minorías de votantes, especialmente a los musulmanes.
 
La convivencia es muy fácil. Solo hay que exigir a las minorías, especialmente a la musulmana reitero, el mismo respeto hacia los cristianos que el que se exige a estos para con ellos.
 
La solución no es retirar los crucifijos de las escuelas, España es mayoritariamente cristiana, el quid de la cuestión no es amoldar los horarios escolares al ramadán. Si lo que se pretende es tolerancia y convivencia la primera exigencia debiera ser el respeto a la tradición y cultura religiosa española porque por el camino que vamos terminaremos en las catacumbas  celebrando misa en la clandestinidad mientras las mezquitas ocupan nuestras plazas mayores.
 
Y este camino abonado para la “reconquista”  de Al-Ándalus que nuestros políticos quieren facilitar a los vecinos reinos del norte de África se está haciendo mientras la sangre de cientos de vecinos europeos del norte aún manchan nuestras calles.
 
Yo creo en la tolerancia y en la convivencia pero entre cristianos ajenos a la Santa Inquisición, musulmanes alejados de la  ley islámica ”sharia” y de la matanza indiscriminada de “herejes”  y de judíos desprovistos de integrismos racistas. Solo así fue posible en Toledo, con respeto mutuo.
 
¿Tolerancia? ¿Convivencia?  Les garantizo mi total creencia en estas palabras pero exijo que se sea tolerante con el Dios en el que creo y que ellos aprendan a vivir conmigo antes de que se me pida aprender a vivir con ellos. 

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