El Papa con el báculo de Tata Vasco

DON VASCO PRESENTE EN LA HOMILÍA DEL PAPA
Durante su primer misa en suelo michoacano, el Papa Francisco tuvo presente al que fuera primer Obispo de Michoacán don Vasco de Quiroga, del cual a su vez utilizó su báculo y posteriormente el cáliz del dicho obispo que es celosamente guardado en Tzintzuntzan.
Otro detalle es que estuvo presente una de las imágenes peregrinas de la Virgen de la Salud que tienen las madres dominicas en su capilla, la cual llevaba un vestido con un bác...ulo pastoral bajo el cual estaba una corona imperial que coronaba los anagramas de María, Jesús y José. Mientras que en el manto ricamente bordado en hilo de oro tenía flores y hojas entre las cuales al centro del lado derecho tenía el escudo del actual pontífice y en otro lado el escudo del Cardenal Arzobispo Suarez Inda. En el altar presidía el Cristo del Tercer Orden una réplica del original que tenemos aquí en Pátzcuaro.
En la homilía el papa dijo:
“Y, en este hacer memoria, no podemos saltearnos a alguien que amó tanto este lugar que se hizo hijo de esta tierra. A alguien que supo decir de sí mismo: «Me arrancaron de la magistratura y me pusieron en el timón del sacerdocio, por mérito de mis pecados. A mí, inútil y enteramente inhábil para la ejecución de tan grande empresa; a mí, que no sabía manejar el remo, me eligieron primer Obispo de Michoacán» (Vasco Vázquez de Quiroga, Carta pastoral, 1554).
Agradezco, paréntesis, al Señor Cardenal Arzobispo que haya querido que se celebrase esta Eucaristía con el báculo de este hombre y el cáliz de él. Con ustedes quiero hacer memoria de este evangelizador, conocido también como Tata Vasco, como «el español que se hizo indio». La realidad que vivían los indios Purhépechas descritos por él como «vendidos, vejados y vagabundos por los mercados, recogiendo las arrebañaduras tiradas por los suelos», lejos de llevarlo a la tentación y de la acedia de la resignación, movió su fe, movió su vida, movió su compasión y lo impulsó a realizar diversas propuestas que fuesen de «respiro» ante esta realidad tan paralizante e injusta.
El dolor del sufrimiento de sus hermanos se hizo oración y la oración se hizo respuesta. Y eso le ganó el nombre entre los indios del «Tata Vasco», que en lengua purhépecha significa:
Papá. Padre, papá, tata, abba. Esa es la oración, esa es la expresión a la que Jesús nos invitó.
Padre, papá, abba, no nos dejes caer en la tentación de la resignación, no nos dejes caer en la tentación de la asedia, no nos dejes caer en la tentación de la pérdida de la memoria, no nos dejes caer en la tentación de olvidarnos de nuestros mayores que nos enseñaron con su vida a decir: Padre Nuestro.”
Al terminar la misa el Papa fue frente a la virgen de la Salud para entonar la salve y tocar la imagen santiguándose, luego se fue a la improvisada sacristía a cambiarse e iniciar su recorrido por la ciudad de Morelia.
 




Fotos:Eugenio Calderón 

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