Otro Madrigaleño en la vida de Santa Teresa

Tiempo de centenario

05.02.15

Celebramos el quinto centenario del nacimiento de una de nuestras santas más importantes, santa Teresa de Jesús, y es lógico que se organicen toda clase de actos en su memoria. La historia en la que todos estamos inmersos es colectiva y, de alguna manera, la vida de nuestros antepasados nos afecta personalmente, sobre todo, si han sido importantes ¿Quién, con un poco de cultura religiosa, no conoce la celebre poesía de la santa, Nada te turbe, nada te espante…? ¿O su dicho de que hay que aceptar de buen grado lo que nos trae la vida, Cuando lentejas, lentejas y cuando penitencias, penitencias?
Esta conmemoración nos puede servir para adentrarnos más profundamente en el pensamiento de Teresa y su profunda espiritualidad, a sabiendas, que de su mano podemos acercarnos más a Dios. ¿Qué camino siguió ella? ¿Es posible imitarla?
Me parece que el Libro de la Vida es una buena lectura para conocerla mejor, esa autobiografía que escribió obligada por su confesor y que nos ofrece todos los pasos que siguió a lo largo de su historia. Un estudio psicológico profundo en el que advertimos la importancia que tuvieron sus relaciones personales y que, a la postre, influyeron en su relación con Dios. No somos personas solitarias sino que vivimos en una comunidad que nos nutre
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He leído varios libros últimamente para entender mejor a Teresa. Para su entorno social me ha servido la obra de Joseph Pérez, Teresa de Ávila. El autor es un hispanista francés de origen español, experto en nuestra edad moderna, que nos introduce en su ascendencia judía, en su cuantiosa familia, en la fuerza que la figura paterna tuvo en su vida y en su biografía de trotamundos fundando conventos.
Menos conocida es otra faceta de su vida que son los problemas que tuvo con la Inquisición y a la que dedica su libro Y de repente Teresa, Jesús Sanchez Adalid. Había en su momento gran preocupación de los inquisidores por una proliferación de presuntas místicas a las que seguía el pueblo y que fue el origen de muchos procesos, alguno con fin en la hoguera de las protagonistas. Si se salvó Teresa fue porque el inquisidor principal  Gaspar de Quiroga creía en su espiritualidad.

El tercer libro que he leído tiene un corte muy distinto, El telar de la palabra, escrito por una carmelita descalza Pilar Huerta Román. La autora nos muestra la gran influencia que la Biblia tuvo en la vida de Teresa, lo que demuestra haciendo un parangón entre las frases que aparecen en el Libro de la Vida con sus correspondientes en la Escritura. A lo largo de sus páginas nos encontramos con una auténtica escuela de oración cuya maestra es Teresa que nos quiere colocar en manos de Dios y… hay que reconocer que no lo hace mal.
Fuente Periodista Digital

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