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8 may 2013

El lobo en Madrigal



Fauna salvaje


60 años después

Juan Carlos Huerta - martes, 07 de mayo de 2013

La presencia actual del lobo en La Moraña ya cuenta con un testimonio gráfico. Ventura González, un joven agricultor madrigaleño de 20 años, presidente de UPA-Joven en Castilla y León, araba a vertedera una tierra de cebollas a las nueve menos diez de la mañana del pasado sábado, 4 de mayo. En ese momento vio que salía de un encinar próximo, denominado Bobadilla del Monte, lo que parecía un perro pero que resultó ser un ejemplar de lobo ibérico. «El animal se acercó al tractor y en ningún momento estaba asustado. Dedujimos que era una loba por su forma de mear», explica el involuntario testigo.


Después, según el joven agricultor, la loba se dirigió a un maizal próximo, de aproximadamente una hectárea, y se introdujo en él hasta desaparecer. «Creemos que también hay un macho», advierte Ventura.

A pesar de la aparente inverosimilitud de la presencia del can silvestre en una tierra de labor de la llanura morañega, el lobo ibérico, un endemismo de la Península, único en el mundo, ocupó el ancho y el largo de España hasta mediados del siglo pasado; también estos campos. «Escuchando a algunos da la sensación de que el lobo ha llegado de un lugar extraño y misterioso, como se decía en su día de los topillos; vamos, que lo han transportado desde otro mundo del cual somos ajenos. Pero no es así, este cánido ha compartido existencia con los hombres de La Moraña y de las demás tierras de España durante miles de años». Gabriel Sierra, reputado naturalista de Madrigal de las Altas Torres, y hasta hace unos meses secretario general de la prestigiosa SEO-Birdlife, cree que estamos ante el retorno del lobo a su hábitat natural. Sierra recuerda que no es insólita la presencia reciente del lobo en La Moraña como lugar de paso desde el Norte del Duero hacia las montañas del Sistema Central. «Existen corredores naturales para el lobo, como el río Adaja y el Eresma, desplazándose a través de los maizales o de los campos de cereal». Más extraordinario, a su juicio, sería «el asentamiento del lobo en la llanura con objeto de criar y formar manada».

Ventura, el agricultor, no sintió miedo de la loba, pero él y otros profesionales montan guardia y se mantienen alerta por la proximidad de ganado porcino y vacuno de limusinas y tudancas en la vecina dehesa de Bobadilla. Ellos, a diferencia de sus abuelos, ya no cercan los ganados ni se protegen con mastines. Gabriel Sierra alaba la convivencia entre el lobo y las generaciones anteriores de ganaderos. «La Administración actual tiene que ser inteligente y cumplir con su obligación, que es gestionar el medio rural; pero gestionar la fauna salvaje no es provocar su extinción».

Sierra, además, se muestra procupado por que, ante la aparición del lobo, alguien, «y no precisamente los ganaderos de Madrigal, a los que conozco bien», pueda caer en la tentación de motear con venenos el coto de la localidad. «Este coto es muy fructífero para Madrigal de las Altas Torres porque en él se celebran importantes campeonatos de galgos. Si aparece un veneno, la Junta echará el cierre durante un tiempo como ocurrió recientemente en varios terrenos vedados a la caza en Ávila».

http://www.diariodeavila.es/noticia/ZD0634B51-C121-926F-CE156528A011B192/20130507/60/a%C3%B1os/despues

mas fuentes:
http://www.elnortedecastilla.es/20130507/local/avila/agricultor-avista-lobo-iberico-201305071915.html


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