20 abr 2013

Celina Bermúdez, una joven de Madrigal de las Altas Torres



Tragedia en Boston

«Mis compañeras y yo estaremos en casa hasta que se aclare la situación»

diariodeavila.es - sábado, 20 de abril de 2013
 
Tras la tragedia vivida con los atentados en el Maratón de Boston, y más aún con la búsqueda y persecución de los sospechosos, la ciudad vive en una tensión permanente que ha llevado a las autoridades a pedir a los ciudadanos que se refugien en sus casas con las puertas cerradas.
Las recomendaciones son especialmente importantes en el campus del Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde se está viviendo una frenética operación para intentar arrestar a los dos sospechosos de colocar las bombas en la prueba deportiva, lo que por el momento ha tenido como consecuencia la muerte de un policía y de uno de los presuntos implicados. A partir de ahí, los agentes continúan la búsqueda del segundo, al que se considera un «terrorista peligroso».
Esta información, más o menos conocida por todos dada la repercusión de los hechos, es vivida en primera persona por Celina Bermúdez, una joven de Madrigal de las Altas Torres que desarrolla una beca como investigadora en el propio MIT, dentro de uno de los edificios que hay en Cambridge. Por increíble que parezca, esta abulense solo lleva en Boston desde el 4 de abril cuando se incorporó al grupo de investigación y ahora ya está viviendo unos momentos que ella misma define de «cierta tensión y un sentimiento de pesar». Así lo relata mientras permanece en su habitación de la residencia «sin salir a la calle, escuchando sirenas de policía con frecuencia». Es más, minutos antes de contar su historia a Diario de Ávila «diez coches de policía recorrían las calles cercanas a mi residencia y se dirigían al centro del campus. Mis compañeras y yo permaneceremos en casa hasta que se aclare la situación a la espera de recibir información de las instituciones o de la propia universidad», dice.
Permanece en la que durante los tres próximos meses es su ‘casa’ tras lo sucedido desde que se publicaron las fotos de los sospechosos en la página web del FBI y «fueron reconocidos en los alrededores del Stata Center, uno de los edificios centrales del MIT», relata. Tras ello «fueron los propios servicios del MIT los que nos mandaron mensajes para avisar de que había habido un tiroteo en el campus y que permaneciésemos en nuestras casas hasta nueva orden. Más tarde, sobre las 4 de la madrugada, recibimos un aviso de que en el edificio más próximo al nuestro había un paquete sospechoso, así que cogí las cosas más importantes y me bajé a la calle con más alumnos y trabajadores del MIT. Era una falsa alarma, como muchas otras que ha habido en estos días desde la explosión», continúa contando.Lea la información ampliada en la edición impresa

http://www.diariodeavila.es/noticia/Z629B7190-C481-EDE4-9FA13E6B9974A9F4/20130420/compa%C3%B1eras/estaremos/casa/aclare/situacion

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