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El Triángulo de Ysabel, la ruta por las tres villas que marcaron a Isabel la Católica
El Triángulo de Ysabel es una ruta turística y cultural que sigue las huellas de Isabel la Católica. Son tres las villas que marcaron de manera definitoria y definitiva la vida de la monarca: Madrigal de las Altas Torres, donde nació; Arévalo, donde pasó buena parte de su infancia; y Medina del Campo, que la vio gobernar y también fallecer. En este artículo os contamos cómo es esta ruta y qué podéis esperar de ella.

La vida de una reina a 15 minutos en coche
Los reyes han sido culos de mal asiento desde que el mundo es mundo. Aunque hay excepciones, en general las vidas de los monarcas están marcadas por sus desplazamientos, pues al fin y al cabo tenían que llevar su autoridad regia a todos los puntos donde se tenía que hacer efectiva. Isabel la Católica no fue menos, y casi en cualquier pueblo de la Península Ibérica hay una referencia al paso de la monarca.

Sin embargo, Isabel la Católica vivió los momentos más relevantes de su vida en tres villas muy próximas entre sí. Son las que ya os hemos presentado: Madrigal de las Altas Torres, Arévalo y Medina del Campo. Aunque las dos primeras están en la provincia de Ávila y la última en la de Valladolid, lo cierto es que apenas se requieren 15 minutos en coche para ir de una a otra. Esa cercanía ha propiciado la puesta en marcha del Triángulo de Ysabel, una ruta turística interesantísima y que os puede dejar un fin de semana de lo más completo.

Palacios, iglesias, enormes plazas, bodegas, murallas, castillos, mercados y por supuesto mucha gastronomía. De todo ello y mucho más podréis encontrar en el Triángulo de Ysabel, una ruta creada por los tres ayuntamientos. Unen esfuerzos para ofrecer al viajero un itinerario bien estructurado, que incluso propone una distribución temporal a lo largo del fin de semana y que os permitirá conocer tres de las villas más interesantes de Castilla y León.

Una ruta de fin de semana siguiendo a Isabel la Católica
Madrigal de las Altas Torres (Nacimiento)
El Triángulo de Ysabel comienza en la preciosa Madrigal de las Altas Torres, uno de los conjuntos mudéjares mejor conservados de la Castilla norteña. Allí pasaba largas temporadas el padre de la monarca, Juan II, y allí fue donde la propia Isabel la Católica vino al mundo en un jueves santo de 1451.

La ruta propone pasar en Madrigal de las Altas Torres tanto el viernes por la tarde como el sábado por la mañana. Eso os permitirá visitar el Real Hospital de la Purísima Concepción, la Iglesia de San Nicolás de Bari o una estupenda bodega de frailes agustinos.

Sin embargo, la visita que no deberíais perderos bajo ningún concepto es al Palacio de Don Juan II. Allí fue donde nació Isabel la Católica, en una habitación que a día de hoy se presenta con un mobiliario similar al de aquel suceso. Solo se puede recorrer mediante visita guiada, pero las monjas de clausura que viven en su interior os ofrecerán unas explicaciones de primer nivel. Merece mucho la pena.

Arévalo (Infancia)
En segundo lugar, el Triángulo de Ysabel os llevará hasta Arévalo En esa villa abulense pasó buena parte de su infancia Isabel la Católica, aunque lo cierto es que ya había una estrecha vinculación entre el lugar y la corona. En cualquier caso, el cariño de Isabel por Arévalo se reflejó en la concesión de dos ferias francas anuales que impulsaron muchísimo la economía de la villa.

La capital de La Moraña, siguiendo las indicaciones del Triángulo de Ysabel, debería visitarse el sábado por la tarde. Eso os permitirá conocer su enorme Plaza de la Villa, su castillo o algunas de las mejores iglesias mudéjares de la provincia.

Hay que decir que en Arévalo hay unos cuantos museos interesantísimos: uno sobre el cultivo de cereal, otro sobre el mudéjar y otro sobre la historia de la villa. Si estáis haciendo una ruta cultural se entiende que os interesan este tipo de instituciones, así que no las dejéis pasar. Os aseguramos que son una maravilla.

Medina del Campo (Reinado y fallecimiento)
Por último, el Triángulo de Ysabel da un salto en el tiempo y concluye en Medina del Campo. Allí fue donde Isabel la Católica dictó testamento (23 de noviembre de 1504) y falleció (tres días más tarde). Por doquier veréis referencias a la monarca, en forma de estatuas, placas conmemorativas o simplemente edificios en los que tuvo algo que ver.

La Plaza Mayor de la Hispanidad es el lugar que estructura todo en la villa, tanto por sus ferias como porque alberga algunos de los edificios más destacados. Sin ir más lejos, podréis visitar el Palacio Real Testamentario y conocer de primera mano cómo fueron las dependencias en las que falleció la monarca.

Además, Medina del Campo tiene muchas otras cosas por ver: su enorme castillo, museos, iglesias… Tanto es así que, según el planning del Triángulo de Ysabel, debería ocuparos el domingo al completo.

¿Merece la pena el Triángulo de Ysabel?
¡Sin duda alguna! El Triángulo de Ysabel es una ruta que merece muchísimo la pena. Es cierto que hay que ser un poco friki de la Historia para dedicarle un fin de semana a seguir la vida y obra de Isabel la Católica, pero tampoco hay que tomárselo tan a pecho. Pensad en este itinerario como una excusa para recorrer tres de las villas más interesantes de Castilla y León.
Más allá de todo lo que hay que ver, no os olvidéis de que estamos hablando de una de las zonas de España en las que mejor se come. Que los museos y las iglesias están muy bien, pero un buen lechazo es imbatible.

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