Madrigal de las Altas Torres (Ávila) está en la historia grande porque allí nació Isabel la Católica, por el esplendor de otra época en la que tuvo influencia en las altas instancias del Reino. En la actual de la España vaciada son los campeonatos de galgos los que le saca del anonimato.
De este viernes y hasta el domingo, en la primera jornada del LXXXII Campeonato de España, los 1,500 madrigaleños habituales sufrirán la invasión de más de 35.000 aficionados llegados de Andalucía, Extremadura, las dos Castillas, Madrid y Murcia, las regiones galgueras que han clasificado a 16 perros para esta fase final que se disputa en cuatro jornadas de enero: octavos (sábado y domingo), cuartos de final (15), semifinales (18) y final (25). Todos los enfrentamientos son de uno contra uno, y gana y sigue el que logra dos triunfos aunque no se sabe en cuántas carreras: las malas o las que duran menos de 55 segundos se declaran nulas. También depende de que haya liebres, aunque toda la Moraña destaca entre los galgueros como excelente zona cinegética.
Andalucía, que presenta cinco participantes (en total mandan las galgas, 13 a 3) ha viajado con tiempo para aclimatar a sus perros al cambio de temperatura. Porque los galgos, lo que llegan a la fase final, tras superar las pruebas locales, ya son estrellas: sin premios para el ganador, está en juego la gloria y el prestigio eterno.
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