La segunda esposa de Fernando el Católico
Germana de Foix, sobrina de Luis XII de Francia, levantó pasiones en el monarca y en su propio nieto
Poco más de un mes había transcurrido desde el fallecimiento de doña Isabel, cuando se reunieron en Toro Cortes convocadas por el Rey Fernando. Comenzadas las juntas en enero de 1505, culminaron con la promulgación de las llamadas "Leyes de Toro" que ya proyectaba en vida Isabel La Católica.
El 18 de marzo de 1506 Fernando El Católico volvió a casarse por poderes con Germana de Foix, de 18 años, sobrina del rey francés Luis XII. La ceremonia se celebró en el Palacio de los Condes de Buendía en la villa de Dueñas (Palencia). El matrimonio se consumaría en Valladolid pocos días después.
Según declaró el rey Fernando, la boda se había llevado a cabo por motivos políticos. Las capitulaciones matrimoniales que Fernando había firmado antes de la boda con Germana, en el caso de no tener descendencia el matrimonio Fernando-Germana, los derechos sobre el reino de Nápoles, revertirían al rey francés. A pesar de su avanzada edad, Fernando el Católico tuvo éxito y en 1509 nacería el príncipe Juan de Aragón, aunque solo viviría unas horas. El celoso Fernando se aficionó mucho a su joven esposa y al enterarse de que el vicecanciller de Aragón se había enamorado de ella, trasladó a ese caballero a Castilla encerrándole durante años en el Castillo de Simancas.
La pasión de don Fernando pudo ser mortal, pues se afirma que su fallecimiento en 1516 se debió a infusiones de hierbas destinadas a estimular su sexualidad.
Cuando Carlos I de España llega al país, (nieto de Fernando el Católico) conoce a Germana al año siguiente de fallecer su abuelo; Carlos tenía 17 años y Germana 29. Enamorado de su abuelastra y para mitigar las habladurías acerca de tan escandalosos amoríos, Carlos ordenó construir un puente de madera entre el Palacio Real de Valladolid y el Palacio donde residía Germana.
A poco más de un año de conocerse, Carlos procuró a Germana la hija que su abuelo no consiguió. El joven rey nunca la llegaría a reconocer; la infanta Isabel carente del contacto con sus padres por estar cuidada por extraños, hay pocos datos sobre ella, pues su vida transcurrió recluida en el convento de Nuestra Señora de Gracia, en Madrigal de las Altas Torres (Ávila).
Para asegurar la respetabilidad de Germana ante las crecientes murmuraciones, el 17 de junio de 1519 el Rey la casó con uno de los magnates alemanes de su séquito, Fernando, Duque de Brandenburgo, al que luego nombró Capitán General de Valencia. Germana enviudó de nuevo el 5 de julio de 1525 y al año siguiente se volvió a casar en un tercer matrimonio con otro Fernando, Duque de Calabria.
Durante estos nuevos años matrimoniales Germana engordó extraordinariamente, perdiendo su famoso atractivo, aunque su "tercer Fernando" continuó tremendamente enamorado de ella hasta que Germana murió en 1538.
http://www.laopiniondezamora.es/opinion/2017/05/31/segunda-esposa-fernando-catolico/1009448.html
El 18 de marzo de 1506 Fernando El Católico volvió a casarse por poderes con Germana de Foix, de 18 años, sobrina del rey francés Luis XII. La ceremonia se celebró en el Palacio de los Condes de Buendía en la villa de Dueñas (Palencia). El matrimonio se consumaría en Valladolid pocos días después.
Según declaró el rey Fernando, la boda se había llevado a cabo por motivos políticos. Las capitulaciones matrimoniales que Fernando había firmado antes de la boda con Germana, en el caso de no tener descendencia el matrimonio Fernando-Germana, los derechos sobre el reino de Nápoles, revertirían al rey francés. A pesar de su avanzada edad, Fernando el Católico tuvo éxito y en 1509 nacería el príncipe Juan de Aragón, aunque solo viviría unas horas. El celoso Fernando se aficionó mucho a su joven esposa y al enterarse de que el vicecanciller de Aragón se había enamorado de ella, trasladó a ese caballero a Castilla encerrándole durante años en el Castillo de Simancas.
La pasión de don Fernando pudo ser mortal, pues se afirma que su fallecimiento en 1516 se debió a infusiones de hierbas destinadas a estimular su sexualidad.
Cuando Carlos I de España llega al país, (nieto de Fernando el Católico) conoce a Germana al año siguiente de fallecer su abuelo; Carlos tenía 17 años y Germana 29. Enamorado de su abuelastra y para mitigar las habladurías acerca de tan escandalosos amoríos, Carlos ordenó construir un puente de madera entre el Palacio Real de Valladolid y el Palacio donde residía Germana.
A poco más de un año de conocerse, Carlos procuró a Germana la hija que su abuelo no consiguió. El joven rey nunca la llegaría a reconocer; la infanta Isabel carente del contacto con sus padres por estar cuidada por extraños, hay pocos datos sobre ella, pues su vida transcurrió recluida en el convento de Nuestra Señora de Gracia, en Madrigal de las Altas Torres (Ávila).
Para asegurar la respetabilidad de Germana ante las crecientes murmuraciones, el 17 de junio de 1519 el Rey la casó con uno de los magnates alemanes de su séquito, Fernando, Duque de Brandenburgo, al que luego nombró Capitán General de Valencia. Germana enviudó de nuevo el 5 de julio de 1525 y al año siguiente se volvió a casar en un tercer matrimonio con otro Fernando, Duque de Calabria.
Durante estos nuevos años matrimoniales Germana engordó extraordinariamente, perdiendo su famoso atractivo, aunque su "tercer Fernando" continuó tremendamente enamorado de ella hasta que Germana murió en 1538.
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