CYL-LITERATURA LIBROS
http://www.finanzas.com/noticias/empresas/20161218/jimenez-lozano-dionisio-ridruejo-3539153.html
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Jiménez Lozano y Dionisio Ridruejo desbaratan los tópicos literarios de Ávila
Agencia EFE
La silueta medieval de una pequeña ciudad encerrada en su muralla, recluida en sus palacios e iglesias, y consagrada a sus místicos, ha convertido Ávila en un manantial de tópicos del que en su día abominaron dos escritores: Dionisio Ridruejo y José Jiménez Lozano, ahora unidos por la editorial Gadir.
El ensayo que Ridruejo (1912-1975) dedicó a la provincia abulense, publicado hace casi medio siglo dentro de un proyecto sobre Castilla la Vieja, ha sido ahora reeditado por Gadir en un volumen con fotos de Javier Santillán, responsable también de este sello editorial.
José Jiménez Lozano (Langa, Ávila, 1930), autor en 1988 de otra reflexión histórica de la ciudad de los caballeros, ha dejado claro en el prólogo que aquella visión de Ridruejo sobre Ávila no fue "una ontología ni un canto lírico, sino una visita a la realidad para entenderla".
"Nadie ha explicado las dos antitéticas caras de la realidad histórica castellana con tanto realismo y melancolía como aquí hace Ridruejo. No hay una pizca de retórica en este libro ni tampoco se da un propósito literario de transfiguración de la realidad", anota Jiménez Lozano.
El frío y la altitud (1.126 metros) que la sitúa como la capital española más elevada, se suman también a los lugares comunes por los que han transitado Unamuno, Azorín y Enrique Larreta, pero fue el filósofo Jorge Santayana quien observó Ávila como un 'oppidum in ruris', una urbe en medio de un territorio rústico del que Ridruejo dio cuenta como escenario de "una hora cenital de España".
"Y no cabe duda de que España, no ya Castilla, tuvo sus tiempos más altos en algunos de estos pueblos castellanos, y en gran parte del territorio de Ávila", apostilla Jiménez Lozano en su introducción.
Arévalo y Madrigal de las Altas Torres, pero también Arenas de San Pedro Piedrahita o Fontiveros son necesarios "para entender la vida económica y social o la memoria de la historia", y todo ello contado en una "hermosa escritura" que en Ridruejo era normal aunque "a contracorriente de su tiempo", es decir despojada de retórica, ayuna de artificios, ha añadido.
"Ávila" es el cuarto libro publicado de los seis que pretende rescatar Gadir de aquel proyecto que Destino encargó a Ridruejo en los años sesenta, y que vio la luz en dos volúmenes entre 1973 (Tomo I -Santander, Burgos y Logroño) y 1974 (Tomo II -Soria, Segovia y Ávila), con fotos en blanco y negro de Francesc Catalá Roca y Ramón Camprubí.
Aquellas impresiones, de las últimas que redactó Ridruejo, responden al perfil intelectual, viajero, analítico y social que acompañó a este miembro de la Generación de 1936 a quien Franco encargó la dirección de propaganda, fue voluntario en la División Azul y evolucionó desde su falangismo inicial a posturas más críticas contra el régimen, por lo que fue relegado al ostracismo literario previo paso por la cárcel y un destierro de cinco años.
Javier Santillán, director de Gadir y autor de las fotografías de esta reedición, ha elogiado la capacidad de Ridruejo para extraer la esencia de cada territorio "fruto de su pasión viajera y conocimientos en historia, arte, geografía y geología" que maneja con acreditada solvencia.
Después de los volúmenes dedicados a Segovia, Soria, Burgos y ahora Segovia, la intención es completar el recorrido con Santander y Logroño, las dos provincias restantes de la Castilla la Vieja que se estudiaba en las escuelas de la época, con la intención de incitar al conocimiento e importancia histórica de Castilla y España para valorar, cuidar y proteger el patrimonio que ahora se promociona y disfruta desde el punto de vista turístico.
El ensayo que Ridruejo (1912-1975) dedicó a la provincia abulense, publicado hace casi medio siglo dentro de un proyecto sobre Castilla la Vieja, ha sido ahora reeditado por Gadir en un volumen con fotos de Javier Santillán, responsable también de este sello editorial.
José Jiménez Lozano (Langa, Ávila, 1930), autor en 1988 de otra reflexión histórica de la ciudad de los caballeros, ha dejado claro en el prólogo que aquella visión de Ridruejo sobre Ávila no fue "una ontología ni un canto lírico, sino una visita a la realidad para entenderla".
"Nadie ha explicado las dos antitéticas caras de la realidad histórica castellana con tanto realismo y melancolía como aquí hace Ridruejo. No hay una pizca de retórica en este libro ni tampoco se da un propósito literario de transfiguración de la realidad", anota Jiménez Lozano.
El frío y la altitud (1.126 metros) que la sitúa como la capital española más elevada, se suman también a los lugares comunes por los que han transitado Unamuno, Azorín y Enrique Larreta, pero fue el filósofo Jorge Santayana quien observó Ávila como un 'oppidum in ruris', una urbe en medio de un territorio rústico del que Ridruejo dio cuenta como escenario de "una hora cenital de España".
"Y no cabe duda de que España, no ya Castilla, tuvo sus tiempos más altos en algunos de estos pueblos castellanos, y en gran parte del territorio de Ávila", apostilla Jiménez Lozano en su introducción.
Arévalo y Madrigal de las Altas Torres, pero también Arenas de San Pedro Piedrahita o Fontiveros son necesarios "para entender la vida económica y social o la memoria de la historia", y todo ello contado en una "hermosa escritura" que en Ridruejo era normal aunque "a contracorriente de su tiempo", es decir despojada de retórica, ayuna de artificios, ha añadido.
"Ávila" es el cuarto libro publicado de los seis que pretende rescatar Gadir de aquel proyecto que Destino encargó a Ridruejo en los años sesenta, y que vio la luz en dos volúmenes entre 1973 (Tomo I -Santander, Burgos y Logroño) y 1974 (Tomo II -Soria, Segovia y Ávila), con fotos en blanco y negro de Francesc Catalá Roca y Ramón Camprubí.
Aquellas impresiones, de las últimas que redactó Ridruejo, responden al perfil intelectual, viajero, analítico y social que acompañó a este miembro de la Generación de 1936 a quien Franco encargó la dirección de propaganda, fue voluntario en la División Azul y evolucionó desde su falangismo inicial a posturas más críticas contra el régimen, por lo que fue relegado al ostracismo literario previo paso por la cárcel y un destierro de cinco años.
Javier Santillán, director de Gadir y autor de las fotografías de esta reedición, ha elogiado la capacidad de Ridruejo para extraer la esencia de cada territorio "fruto de su pasión viajera y conocimientos en historia, arte, geografía y geología" que maneja con acreditada solvencia.
Después de los volúmenes dedicados a Segovia, Soria, Burgos y ahora Segovia, la intención es completar el recorrido con Santander y Logroño, las dos provincias restantes de la Castilla la Vieja que se estudiaba en las escuelas de la época, con la intención de incitar al conocimiento e importancia histórica de Castilla y España para valorar, cuidar y proteger el patrimonio que ahora se promociona y disfruta desde el punto de vista turístico.
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