1 jun 2015

Votar,¡votemos!

El tema de nuestro tiempo

Votar,¡votemos!


 

 

Los días anteriores a las elecciones, se escribieron varios artículos con opiniones y pronósticos variados sobre todos o determinados partidos. Desde que salió a la luz, “Podemos” recibió críticas desmesuradas, lo que me pareció una falta de sensatez y respeto, por no decir más. Su discurso y análisis sus modos rompedores y los cambios que postulaban eran tan realistas y necesarios que en poco tiempo se multiplicaron los militantes y simpatizantes.  
Los demás partidos, las tertulias, tertulianos y críticos de todo, miraron con lupa a los chicos de Podemos, sobredimensionando todas sus actividades pretéritas: relaciones con Venezuela,  ganancias de sus asesoramientos, descuido en las entrega de alguna investigacion o trabajo en la Universidad que no es extraño que se produzca en alumnos y profesores de cualquier universidad. Ya digo, siempre a lo Sherlock Holmes, con la lupa en las narices.
Me indignaba interiormente porque estos acosos partidistas no los había visto antes, más ante un partido que no se había estrenado en gobierno y me parecia que se pisaban las líneas rojas del respeto y de la democracia. Pasó el tiempo y el ascenso vertiginoso de Podemos se contuvo y los ánimos encrespados se apaciguaron. Porque además empezaron a asomarse más rostros jóvenes y atrevidos, con conocimiento de causa, con nuevas y parecidas propuestas y esto propició que la militancia de viejas estructuras reclamara un "agiornamento" acorde con los tiempos. Algo había que cambiar o tal vez mucho, porque los tejidos viejos o rotos no se pueden zurcir con hilo nuevo ni un vino nuevo se puede verter en odres viejos, que lo dijo Jesucristo con razón hace más de dos mil años. La rutina nos anquilosa y no nos damos cuenta porque envejecemos con el alma y hasta se contagian los jóvenes con nuestro laisser faire, laisser passer de talante envejecido. Tengo ganas de ver en las altas direcciones del PSOE más mujeres, que las hay. Tengo ganas de ver una mujer como Presidenta de España.
La gobernanza de España estaba amenazaba por la instauración de un bipartidismo de recambio que impedía la penetración de savia nueva.  Los jóvenes y la calle lo percibían, además de la corrupción,  como la causa de todos los males, y se generalizó el deseo y las propuesta de acabar con él. Y se acabó.
Hasta algún viejo partido a semejanza de Podemos,  afirmación en presente de Indicativo, transvertía su nombre con una forma verbal Cambiemos (de cambiar), en presente de subjuntivo que es un deseo.  Otro se denominó Ganemos ( de ganar). No acertaba a distinguir quiénes eran los Podemos, los Ganemos,–Guanyem en Barcelona–, los cambiemos–, …que por otra parte eran incorrectos porque si de poder decimos podemos, y no podamos, de ganar deberíamos decir ganamos, de cambiar, cambiamos en indicativo, con el que además expresamos no el deseo sino el aquí y ahora.
Pero algo tenía el Podemos de Pablo Iglesias, que todos le imitaron en la e sin considerar la gramática y que el significante tiene que ver con el significado. A mi todo este juego verbal me hacia gracia y hasta seguí jugando inventando  nuevos partidos con términos verbales: “Comamos y bebamos” del conocido dicho latino que termina…”que mañana moriremos”; “Juguemos/ jugamos”, “durmamos/dormimos/”, “riamos/reímos”/, “cantemos/cantamos”, “despertemos/despertamos”.
Hoy necesitamos frases así, cortas y de acción, una palabra sola e incisiva, afirmativa o exhortativa y en primera persona del plural, que nos mete a todos en acción.
A lo peor, por eso ha caído lo de “Unión, progreso y democracia”  abstracto y largo, como es larga  la upeyde como sigla; por ser corta y porque la sostiene la rica burguesía catalana, sigue CIU, a pesar de los descalabros de Pujol. Es un decir.

Lo de Izquierda Unida, IU, es cortito, pero no se por qué capricho de los dioses,  no acaba de salir a flote y creedme que no lo entiendo, porque son gente seria y nada extremosa como querría Inda. A lo mejor es que son demasiado serios.
Pero, ¡vaya! sigo sin comprenderlo porque más serio que Rajoy no lo hay y ademas de serio y huidizo, un sosainas con cara de Down tantas veces.
En estas elecciones, hubo entretenimientos, emociones y además sorpresas de las que me han gustado muchas cosas.
como que sean dos mujeres y encima  tan encantadoras y luchadoras, Ada Colau, joven y Carmena, entradita en años pero tan joven como la anterior, las futuras alcaldesas de las dos capitales de España. Ahí es nada!!!

Por aquí cerca tambien tendrán alcaldesas, por ahora que yo sepa, Peñaranda y Madrigal de las Altas Torres,  villas de mis progetitores y mías y qué buenas son las dos mujeres. Porque en general, las mujeres saben administrar mejor o por los genes o por el aprendizaje que tienen en sus propias casas y además porque son más cuidadosas y resposables (no es moco de pavo haber llevado nueve meses a un hijo en sus entrañas).
Y con qué garbo, seriedad y entusiasmo se tomaron la campaña. Ana Zurdo, alcaldesa ya de Madrigal, recorrió todas las casas, visitando uno a uno a los vecinos y cambiando de color la vieja ciudad dormida al arrullo de sus murallas. Ahora nos toca esperar los pactos para que en el mapa acabe de configurarse esta nueva primavera de la Democracia que se parece a la de Bottichelli con las Tres Gracias o a Venus, saliendo de las aguas como compensación a la estacional tan ventosa y huidiza.


No se por qué la derecha quiere estropearla con la manía de orquestar siempre campañas de miedo, jugando con viejos fantasmas o inventándolos. Este año ha sido la “estabilidad” o “certidumbre” que nos dan ellos y nos quitarán los otros (debe tratarse de su propia estabilidad, la del dinero, que no nos dan) porque hablar de estabilidad con los ingentes recortes que nos han asestado, los miles de parados que han aumentado, las sangrías que nos han costado los bancos,  los robos de las tarjetas y de los imputados del PP desde Bárcelas a Rato, parece no una mentira sino una tomadura de pelo a lo imbéciles que somos para ellos. Siempre las mismas amenazas: “los rojos os quitarán las casas, la tierra, los comercios, la religión” (elecciones del 76) ; la “izquierda traerá la inestabilidad, la incertidumbre”. Son expertos en la creación de mostruos y en provocar miedo. Y claro que puede venir la inestabilidad si ellos la provocan porque no saben perder y porque lo negativo atrae negatividad. El que lo hayan anunciado tanto, ya me infunde miedo a que lo hagan y así  demostrar que tienen razón. Aunque lo mejor es no hacer caso a los malos augurios, cosa de romanos cuando querían torcer alguna empresa buena del adverdario.
Durante el tiempo anterior a las elecciones lo que me ha resultado más que curioso o doloroso es escuchar a algunas personas amigas o conocidas que después de reconocer lo mal que lo había hecho el PP y afirmar el sologan de “que todos  son iguales”, me espetaban como conclusión que “no iban a votar”. Así se explica tanta abstención. Yo, por el contrario, confesaba mis dudas y al final, les contaba el razonamiento que me había decidido por tal o cual persona. Porque más que de partidos, hablábamos de personas. Ellas no soltaban prenda y se afirmaban en no votar. Además de mal estómago, me dejaban con las ganas de explicar que esa conducta era poco o nada democrática, que poder votar era un ejercicio de libertad que se había conquistado después de cuarenta años de dictadura, que si mucha gente hacía lo mismo, acabaríamos en eso, en un dictadura, o sea, en una esclavitud. Recuerdo con cuánta alegría iba mi madre a votar, tan cercana a los 100 años. Porque no votar, no ejercer la libertad de elegir a los que nos van a gobernar, teniendo salud, tan próximos los colegios electorales, en condiciones de paz, sin apenas hacer cola, con casi 12 horas de tiempo, me parece un pecado para un creyente,  un delito de lesa democracia para un ciudadano. Me atrevo a afirmar, que las personas que no votan no son ciudadanas. Por eso, estudiar y comprender qué es  y qué exige la Ciudadania debería ser una asignatura obligada no sólo para los estudiantes de ESO, sino la condición previa para adquirir cualquier carnet, sobre todo de identidad.

http://salamancartvaldia.es/not/81452/votar-votemos-

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