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5 dic 2013

La ruta de 'Isabel'


 
De viaje

La ruta de 'Isabel'

Una escapada para disfrutar de la historia, el paisaje y la gastronomía que marcaron la vida de la reina Isabel

Odiada y admirada a partes iguales, es innegable que Isabel la Católica es una figura histórica que despierta pasiones más de 500 años después de su muerte, concretamente un frío 26 de noviembre de 1504. Fue en Medina del Campo, en el llamado Palacio Real Testamentario, donde los reyes habían instalado su residencia cuando estaban en esta villa vallisoletana que recibió numerosos favores de Isabel y Fernando.

Medina del Campo, bien puede servir de base para iniciar una ruta por las ciudades y pueblos castellanos que tuvieron su parte de protagonismo en la vida de la reina. En Castilla y León le han puesto nombre a este recorrido, la Ruta de Isabel, dispuestos a explotar su tirón turístico gracias al éxito de la serie de Televisión Española "Isabel", que el pasado lunes concluyó su segunda temporada.

En el citado Palacio Real Testamentario (fue donde la reina dictó su testamento tres días antes de morir) de Medina se ubica el centro de interpretación de Isabel la Católica, un buen punto de partida para adentrarse en su vida y obra. Hay que pagar entrada y abre en horario de mañana y tarde, de martes a jueves; y sólo por la mañana, los lunes, domingos y festivos. Desde la Plaza Mayor, donde se ubica el palacio, se puede ir paseando hasta la colegiata de San Antolín (los Reyes Católicos elevaron su categoría de iglesia a colegiata) y el edificio de las Reales Carnicerías, hoy sede de la plaza de abastos. Por último, en Medina hay que visitar el castillo de La Mota, desde el que partió Juana (La Loca) -hija de los monarcas y su futura sucesora- al irse a casar a Flandes.

La Ruta de Isabel incluye muchos más enclaves en Castilla y León, la mayoría no muy lejos de Medina del Campo, con lo que se puede recorrer en una escapada de fin de semana o aprovechar, por ejemplo, un puente festivo como este de la Constitución.

En la provincia de Ávila se sitúa la bonita villa de Madrigal de las Altas Torres, cuyo nombre se entiende perfectamente al acercarse por la carretera y descubrir su silueta, en la que sobresalen varios campanarios y edificios nobles, arropados por una muralla que se conserva prácticamente entera.

No lleva más de 20 minutos el desplazamiento de Medina a Madrigal, acompañado además de bellas imágenes de campos interminables y pueblos diseminados que se identifican en la lejanía por el omnipresente campanario de la iglesia que sobresale por encima del resto de las casas. De calles empedradas, Madrigal ofrece un agradable paseo con parada en el monasterio de Nuestra señora de Gracia, donde nació Isabel, y la iglesia de San Nicolás de Bari, donde fue bautizada. Y de aquí a Arévalo, en cuyo castillo se crió la reina una vez que quedó huérfana de padre y se trasladó hasta la fortaleza con su madre, Isabel de Portugal, y su hermano, el malogrado Alfonso. Abre de jueves a domingo y en su interior alberga el museo del cereal. También es posible subir a la azotea del edificio, que ha sufrido muchas reformas. En la Casa de Sexmos de Arévalo, Isabel y Fernando firmaron, además, el Tratado de Tordesillas, dos años después del descubrimiento de América.

La última parada, en Ávila, de la ruta es más al Sur, en El Tiemblo. Cerca de esta pequeña aldea se levantan los famosos Toros de Guisando, cuatro esculturas de piedra del siglo II a. C. que fueron testigo en 1468 de la "paz" entre Isabel y su hermano Enrique IV, un tratado que de nada valió, como se demostró años más tarde con la guerra civil en la que se sumió Castilla por la sucesión del monarca entre su hermana y su hija, bastarda para algunos, la célebre Juana la Beltraneja.

La ruta sigue hasta Segovia, ciudad en la que Isabel fue coronada, junto la iglesia de San Miguel. En el Alcázar vivió durante el reinado de Enrique IV y, posteriormente, ya casada con Fernando. En la antigua catedral, frente al Alcázar -la nueva fue mandada construir por Carlos I-, fue donde Isabel tuvo el primer encuentro con su esposo tras convertirse en reina de Castilla. Cinco años antes, en 1469, en la vecina Valladolid, ambos se habían casado en el palacio de los Vivero, hoy sede del Archivo Provincial. Éstos son los principales puntos de una ruta que se puede ampliar con decenas de pueblos que de una u otra manera han tenido algo que ver en el fructífero reinado de Isabel la Católica, como Baltanás, Toro o Tordesillas.

Los restaurantes se han implicado también en la Ruta de Isabel. Aparte de servir los ricos y populares cochinillos y lechazos, también han diseñado unos menús renacentistas o isabelinos en los que no faltan platos típicos del siglo XV como ollas, guisos, potajes o postres, entre ellos, el arroz en azúcar. Y, por supuesto, no falta el buen vino de una zona que cuenta con varias denominaciones de origen (Ribera del Duero, Toro, Rueda...) En Arévalo, Medina, Segovia o Valladolid hay muchas y buenas casas de comida, pero también merece la pena perderse por las aldeas castellanas en busca de restaurantes con menos fama pero con buena cocina.

http://ocio.levante-emv.com/planes/noticias/nws-250903-la-ruta-isabel.html

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