30 jun 2013

¿Quién fue el pastelero de Madrigal?

domingo, 16 de junio de 2013

¿Quién fue el pastelero de Madrigal?


Hay lugares que concentran una gran cantidad de historias singulares por metro cuadrado. También los hay que son cuna de personajes que llegaron a influir mucho traspasando siglos. En algunos de ellos, el arte de la política tuvo especial querencia. Pero como vino el auge llegó la decadencia y hoy duermen en espera de la llegada de turistas, que encontrarán suficiente caudal para llenarse. Uno de esos mojones con los que escribe la historia es Madrigal de las altas Torres. Su nombre no hace justicia; sobre todo por el paso inmisericorde del tiempo, que todo se lleva. ¿No hubiera estado mal bautizarla como Madrigal de la Reina?

El nombre Madrigal podría venir dela misma raiz del que derivó en Madrid, una raiz árabe. De esa época pudieran datar las murallas, al más puro estilo morisco, tan frecuente en la Moraña. Se dice que pudieron tener cien torreones, con seguridad que en el siglo XIX se conservaban 48, y parte de ella estaba en ruinas. Los viajeros que hasta allí se acercaban, mas o menos románticos, señalaban su triste abandono. De esa época data el apellido de Madrigal: de las Altas Torres. Para muchos poco afortunado. Junto a la Puerta de Arévalo, se conserva un buen tramo de muralla. Si seguimos el cercado hacia el sur nos topamos con la desvalida Puerta de Peñaranda, ya van dos puertas.

Si continuamos resistiéndonos a los encantos monumentales de Madrigal, sin cruzar sus umbrales saldremos aun paraje llano, donde al fondo la silueta ruinosa del convento de agustinos debió hacer las delicias de los soñadores del siglo XIX. Entre sus muros murió Fray Luis de León, el agustino más universal, que nunca dejó de querer este lugar, incluso estando entre rejas. Él no reposa aquí, sino en Salamanca, y es que el fin de esta comunidad vino de la mano de la desamortización liberal del siglo XIX. Pero antes, mucho antes, desde el siglo XIV al XVI estuvo habitado por monjas agustinas, que por mediación real cedularia se mudaron intramuros al Palacio de Juan II, transformado en Convento por deseo de Carlos I. Ellas, respaldadas por la corona, sortearon airosamente los tiempos inestables de la contemporánea con una sola excepción: la francesada.

Y ya siendo hora de encarar los misteriosos, y uno de ellos es el de Juan II, que ya desde sus tiempos de matrimonio con María de Aragón residía largas temporadas aquí. Del Palacio queda un claustro magnífica muestra del gótico civil. alrededor de él multitud de habitaciones con artesonados anchos, sobrios y monumentales. Como Castilla. Pero lo importante es lo que no se ve. En el sala capitular , en medio de sus estrechos respaldos, somos conscientes de que aquí se celebraron cortes, en tiempos de Juan II y con los Reyes Católicos. En la sala hay recuerdos de Isabel, la reina con mayúsculas de España, como su firma en un documento oficial. En el antiguo refectorio, antes salón de embajadores, se fundó la Santa Hermandad en la decada de 1470, la Guardia civil de entonces para reforzar la vigilancia en los caminos. Los reyes católicos pudieron fin a los cien años de rebeldía de la nobleza, una nobleza que había aupado en el poder a los Trastámara. Lo que no lograron tantos reyes, una pareja sí lo consiguió. La capilla real, junto a la Iglesia es un museo en si mismo, cantada por un órgano.Y en la parte de arriba, las estancias de aquel palacio, que evoca el espíritu castellano. Para llegar donde nació Isabel II hay que pasar una bella antesala y dos salones.Aquello sucedió un 22 de Abril de 1451. ¡Qué puertas más discretas! Y la sala, con una alfombra, un crucifijo y una puerta que comunicaba con la Iglesia. La reina Isabel de Portugal, segunda esposa de Juan II, tenía toda la intimidad posible.

Y frente al Palacio-Convento, el Hospital de la Purísima Concepción que fundó Doña María de Aragón, primera esposa de Juan II. Un hospital para pobres y desvalidos, que contó con la oposición de la nobleza de entonces. En él se operaba y se hacía la cirujía a aquella sociedad teocrática. Es el precedente de la tan cacareada seguridad social de Bismarck. La vanguardia de España. Hoy este hospital acoge la Oficina de turismo, conserva un patio muy restaurado pero encantador. Junto a estas dependencias, la Iglesia, abierta a mediodía. Con su imagen del Cristo de las injurias. Si fuese en inglés, sería el Cristo de las heridas.

Y vamos a por las entrañas de Madrigal. De camino a la gran plaza se pasa por las ruinas de un palacio, que popularmente se llama el arco de piedra. Una buena muestra de la arquitectura palaciega que tuvo Madrigal., en concreto perteneció a los marqueses de castellanos. El escultor Vasco de la Zarza pudo ser el responsable de la decoración. Fue posteriormente Palacio de justicia, y hoy en ruinas... Y ascendiendo se deja ver la torre de la Iglesia de Santa María del Castillo, en un alto desde el que se ve el Convento extramuros. Su ábside es mudéjar, típico en la comarca. Y en el interior, se conservan pinturas murales góticas. Sobrevive gracias al tesón y a la lucha de los lugareños que tratan de preservarlo. LA plaza realza la figura de Vasco de Quiroga, obispo de Michoacán, nacido aquí y apodado el "Tata Vasco", el padre de los indios por su defensa y entrega. Aquí también nació el "Tostao" Alonso de Madrigal, del que cuidan sus restos en la Catedral de Ávila.

Y al lado, el ayuntamiento la Iglesia de San Nicolás de Barí, donde se caso en segundas nupcias Juan II, el padre de Isabel. Aquí su hija fue bautizada y aun se preserva la pila bautismal. Lo principal del templo es una birguería de artesonado, algo que hay que ver iluminado...Hipnotiza. La belleza de Madrigal es así, de interiores, con gente que quiere que el pueblo sea cada vez mas visitado. Tras la senda del pastelero salimos, y es que por aquí estuvo su patibulo. Se cuenta que Gabriel de Espinosa llegó al pueblo en 1594, con 40 años y un toque orgulloso y retador muy de la realeza, y cierto parecido al rey Don Sebastián de Portugal, sobrino del gran Felipe de España. Este rey que se había embarcado en una aventura megalómana contra los árabes y cuya pista se perdió en Alcazarquivir. Desde ese momento salieron como debajo de las piedras multitud de personajes que decían ser D. Sebastián. Uno de estos fue Gabriel de Espinosa que mantuvo una relación con la sobrina del rey, Ana de Austria, convenciéndose ésta de que era su primo D. Sebastián de Portugal, llegándose a prometer en matrimonio. El pastelero era orgulloso y ajeno a su realidad a la vez. Gabriel tenía muchos apoyos entre ellos el prior de los agustinos, Fray Miguel de los Santos que le acercó a la sobrina del rey. Algo así no podía permanecer en secreto. Yendo hacia Valladolid, despreciando al rey, y haciendo ostentación de joyas entregadas por Dª Ana , Espinosa es detenido y acusado de suplantar la identidad del rey D. Sebastián. Al poco tiempo será juzgado al conocerse sus amoríos con la hija del héroe de Lepanto...

También tuvo Madrigal sinagoga, hoy palidece ante los centros de turismo rural, aunque no palideció tanto como en 1492 con la desafortunada decisión de los reyes católicos sobre la expulsión de los judíos. Cerquita se encuentra la calle Mayor, con sus carteles hoy difuminados por el paso de la vida. También veremos Casonas, y al fondo la puerta de Cantalapiedra, la mas hermosa de todas, con bonitas vistas de la torre de la Iglesia. Un lugar ideal para recordar que Gabriel de Espinosa, pastelero de Madrigal, fue condenado a muerte y ejecutado en la plaza principal, frente a la Iglesia de San Nicolás de Bari. Se dice que cuando fue detenido se le requisaron cuatro cartas en las que recibía tratamiento real por parte de su amante Ana de Austria y por parte de Fray Miguel de los Santos. Su displicencia y su desprecio al alcalde que le detuvo quedó patente. Descuartizado, dicen que sus extremidades se expusieron en las cuatro puertas de la muralla, para causar escarmiento. No obstante, para siempre quedaría la duda...¿Era el verdadero rey de Portugal? ¿Era una alucinación se sus partidarios? ¿Era un pícaro? Lo que está claro es que el romanticismo - José Zorrilla es un ejemplo- se fijo en esta historia que ofrece un año muy intenso en Madrigal, el que fue de 1594 a 1595, 1 de Agosto fecha de la muerte de... ¿Por qué no?...





















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